El 15 de diciembre de 1919, la joven Justicia Espada se transformó en la primera ingeniera de Sudamérica. En una Universidad en la que ni siquiera existían baños para mujeres y en donde tendrían que pasar 30 años para que las mujeres pudieran votar en una elección presidencial, su destacada carrera dejó una marca recordada hasta hoy.