En un discurso televisado, el presidente estadounidense dijo que enviaría 31 tanques Abrams, una de las armas más poderosas y sofisticadas del ejército estadounidense. El canciller Olaf Scholz también dio luz verde a Alemania para enviar 14 tanques.
Bajo la presión de sus socios, y tras varios días de indecisión, Alemania autorizó el envío de tanques de combate Leopard a Ucrania, que los reclamó con insistencia para defenderse mejor de la invasión rusa.