La canción que se escuchará una y otra vez este fin de semana esconde historias diversas: fue una balada triste escrita por un autor semidesconocido, pudo quedarse como un demo inédito y debió esperar años antes de convertirse en un clásico. Estos son los orígenes del “himno nacional del Año Nuevo”.
Vendieron decenas de miles de discos y tocaron en Estados Unidos y Europa, pero dejaron pasar oportunidades y su rastro se perdió en el tiempo. Un nuevo documental relata su intensa historia y abre la puerta a la rica historia de la música tropical nacida junto al puerto de Coquimbo.