En su legado gigantesco de fonogramas y videos, con su repertorio y labor creativa; en sus artículos y libros, con su repertorio y sus estudios; en los estudiantes que formó, de los cuales ella declaró que aprendió mucho; en los conjuntos que se formaron bajo su guía e inspiración, hay vida, hay pura vida, fruto de una actitud consecuente ante la creación, el país y la sociedad y de un camino fecundo que recorrió con Osvaldo Cádiz, su esposo y fiel compañero de toda su existencia.