Los estudiantes secundarios organizados acusaron al Gobierno de querer “invisibilizar” al movimiento social por la educación, mediante la negativa de permitir marchas por la Alameda, en el centro de Santiago. Los estudiantes acusaron una operación del Gobierno para propiciar enfrentamientos con Carabineros, y de ese modo criminalizar al movimiento a través de las imágenes de violencia que prefieren mostrar algunos medios de comunicación.