La inteligencia rusa acusó al equipo de “seguridad especial” ucraniano de planificar y cometer el atentado con un coche-bomba en que murió la periodista Daria Dúgina, hija de ultranacionalista Alexander Dugin, inspirador del presidente Putin.
Mientras daba un discurso frente a cámaras de televisión, el embajador de Rusia en Turquía, Andrey Karlov, recibió entre cuatro y cinco disparos de un supuesto islamista radical que, de acuerdo a testigos, gritó antes de disparar que “esto es una venganza por Alepo”. El atacante fue abatido por la policía turca.