La decisión de Berlin ha dejado fuera de la ley esta vez al grupo racista de ultraderecha “Artgemeinschaft”, conocido por su adoctrinamiento de niños, mientras la policía registraba de madrugada docenas de viviendas de sus miembros y otros edificios.
Así califican la ministra del Interior y el jefe de la Oficina de Protección de la Constitución la cantidad de enemigos de la democracia que actúan en organismos de seguridad alemanes. Una grave situación que debe cambiar urgentemente, afirman.