Las onas eran bien coquetas y que las hijas de los caciques tenían doncellas a su servicio solo para el peinado. Los colores no los usaban únicamente para mimetizarse con la naturaleza sino que con fines de seducción. Son investigaciones de un aficionado a la historia llamado Pedro Martinic Glusovic, que suele relatarlas en forma amena por radio y en charlas por la Patagonia.