Con cifras y estadísticas frescas en su memoria, el reconocido médico psiquiatra y especialista en neurociencias, analiza la salud mental de los chilenos a 40 años del golpe militar y su diagnóstico es tajante: “Este es un país brutalmente enfermo”, asegura, corroborando sus palabras con datos que muestran altas tasas de depresión, estrés y adicción en la población, señalando que son todas enfermedades que se han desatado luego de la imposición del modelo neoliberal instalado por la dictadura. Su conclusión es que en la sociedad chilena se instaló la anomia, “que es la pérdida de la confianza en que existe un colectivo”, un fenómeno que genera aislamiento e insensibilización.