En su mensaje de Pascua, el Papa instó a “un alto el fuego global e inmediato” para hacer frente a la pandemia por el coronavirus y exhortó a reducir o anular la deuda de los países más pobres.
En un discurso pronunciado ante cientos de miles de personas en el balcón de la Basílica de San Pedro, el Pontífice rogó a Dios “transformar la guerra en paz y la venganza en perdón”, aludiendo a los principales conflictos que aquejan al mundo en la actualidad.
Entre las cuentas alegres de los comerciantes de huevitos de chocolate, pescados y mariscos, transcurre la más significativa de las fiestas cristianas. Esto, en un país donde el 70 por ciento de la población se declara católica y, al mismo tiempo, el 80 por ciento confiesa estar endeudado en al menos una multitienda.