El domingo recién pasado, durante la conmemoración del primer aniversario del 18 de octubre, dos iglesias fueron destruidas. Los hechos fueron cuestionados por las autoridades, pero, desde el ámbito académico se abrió una pregunta respecto de la resignificación del patrimonio durante la movilización: “La destrucción es compleja y hay que controlarla, pero los monumentos son activos”.