Luego de tres días de visita y con una apretada agenda, el Pontífice emprendió rumbo a Perú desde el aeropuerto de Iquique. Su paso por Chile no estuvo exento de polémicas, especialmente por la presencia del Obispo Barros en todas las misas oficiadas y de quien Francisco realizó una firme defensa, aludiendo a que las acusaciones de encubrimiento contra el prelado son “calumnias”.