El vertimiento de excretas sin tratar al lago facilita el pasaje a las aguas de este de bacterias de la flora normal humana y de patógenos intestinales capaces de producir diarreas, incluyendo salmonellas y Escherichia coli. Estos excrementos también pueden contener numerosos parásitos intestinales diarreicos (giardia, isospora) y virus con las habilidades de producir hepatitis y también diarrea, y en el caso de estos últimos, meningitis y otros cuadros de infección generalizada.