La primera fase se puso en marcha en Japón hace un mes y esta segunda fase, que durará hasta el 23 de octubre, descargará diariamente 460 toneladas de líquidos, llegando para entonces a un total de 7 mil 800 toneladas desaguada al océano.
Pese a lo que asegura el lobby nuclear, 35 años después del accidente de Chernóbil, la radiactividad se mantiene. La buena noticia es que, en la reserva de animales de Auvernia (Francia), especializada en la conservación de animales en vías de extinción, acaban de nacer un Coendú y dos Maki Catta.