En 2010 la casona sufrió varios daños producto del terremoto. El segundo piso fue el más perjudicado, lo que ha impedido que el monumento vuelva a abrir sus puertas. Hoy, para su reparación se necesitan más de 2 mil millones, una cifra que aparece como inalcanzable para el espacio que depende de la Municipalidad de Santiago.