El desafío es titánico y a contrarreloj: autoridades y vecinos intentan evitar una tragedia aún mayor a la que ya vive el estado de Rio Grande do Sul, donde unas 60 personas murieron y 70.000 fueron evacuadas debido a las inundaciones.
Cientos de personas fueron desplazadas por el fenómeno meteorológico que impactó en el estado de Rio Grande do Sul desde el viernes. Entre los fallecidos hay un recién nacido y un adulto mayor de 73 años de edad.