La joven, hija de dos militantes motoneros, también es nieta de una de las fundadoras de la organización, quien falleció sin conocer su paradero. “Una vez más, a pesar del tiempo transcurrido y las huellas que intentaron borrar, la verdad triunfa sobre la mentira”, destacó Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas.
El robo de bebés fue una práctica sistemática de la dictadura argentina. Esta semana, un hijo de miristas chilenos detenidos en Argentina en el marco de la operación Cóndor pudo recuperar su identidad, convirtiéndose en el nieto 109 de la agrupación Abuelas de Plaza de Mayo. Décadas más tarde y con más de 300 nietos por recuperar, los horrores de las dictaduras en América Latina están vinculados y continúan vigentes.