Es hora de que la FIFA y sus asociaciones se sometan a las normas vigentes en derechos y obligaciones laborales, fiscales y penales. Es momento de regular los elevados ingresos y la forma en la que deben repartirse. Terminar con los intermediarios y transparentar todas las negociaciones. Que las instituciones inviertan en la formación de deportistas integrales que conozcan sus derechos y obligaciones. Transparentar el fútbol es fundamental y también los es recuperar el gusto por el juego, el amateurismo y el amor a la camiseta.