Guardias armados impidieron el miércoles a cientos de jóvenes mujeres entrar a los campus universitarios de Afganistán, un día después de que el gobierno talibán les prohibiera el acceso a la educación superior.
Sorpresa: el gobierno de Afganistán ha ofrecido al Talibán repartirse el poder a cambio de poner fin a la violencia que azota al país. La causa: el avance arrollador de los insurgentes islámicos ultraradicales que este jueves ocuparon la ciudad de Ghazni, a sólo 150 kilómetros al suroeste de Kabul, décima capital provincial que cae en sus manos en una semana. El ofrecimiento fue hecho en Doha, Qatar, donde ambos bandos participan en unas conversaciones de paz hasta ahora infructuosas.