Un dólar más caro afectaría internamente el nivel de consumo presente de las capas medias que, no obstante, ya están suficientemente indignadas con la administración política del Presupuesto Nacional, y están exigiendo cambios en las estrategias educacional, de salud y previsional, así como en las prioridades de gasto e inversión social, poniendo en jaque a un Gobierno que no cuenta con los suficientes recursos para asumir el conjunto de desafíos planteados.