Mundt, ironiza que más de alguien encontrará un toque impresionista y vago que busca el pincel de un buen pintor. Pero él, prefiere “menos pintura y más higiene. Y menos semejanza con el poético Londres y algo más de limpieza para poder respirar tranquilo…Y encender un melancólico cigarrillo a la hora del atardecer…para aumentar, precisamente la niebla…”