El politólogo y sociólogo argentino analizó la situación desatada luego del encarcelamiento de Lula da Silva, a quien sindicó como una víctima de las clases acomodadas brasileñas que se empeñaron contra “alguien que vino a poner las cosas fuera de su lugar; eso fueron los 36 millones de personas que pudieron comer cuatro veces al día, tener acceso a servicios básicos, mejor educación, salud y seguridad social”.