La historia de la dueña de Clarín representa muchas coincidencias con las del dueño de El Mercurio, ambos propietarios de los grupos comunicacionales más poderosos de sus respectivos países, y ambos muy cuestionados por sus vínculos con las dictaduras cívico-militares en sus respectivos países. Y también, ambos fallecidos a avanzada edad y llevándose a la tumba las críticas.