Son lugares que han sido utilizados en distintas piezas de arte; desde un cuento de Juan Emar a una película de Pedro Almodóvar. Muchas de esas ventanas se pueden encontrar en los edificios ubicados en el centro de Santiago, a ras de suelo. Algunas albergan a personas que tienen una cosa en común: miran el transitar de una ciudad desde esa perspectiva. Tienen la libertad de mirar sin ser vistos.