En la Ciudad Sagrada de Caral, a 182 kilómetros al norte de Lima (Perú), se reunieron autoridades, especialistas y turistas para celebrar la puesta en valor de la civilización más antigua del continente.
La Dra. Ruth Shady Solís, Directora de la Zona Arqueológica Caral (Unidad Ejecutora 003 adscrita al Ministerio de Cultura), aseguró que “estamos trabajando hace 21 años para recuperar la historia social. Demuestra al mundo que en América también tenemos las mismas condiciones humanas para generar civilizaciones tan antiguas como las del Viejo Continente”.
“Estamos investigando 11 sitos para entender mejor el sistema social a lo largo de los mil años en que esta civilización permaneció con gran prestigio en el territorio andino”, dijo la arqueóloga peruana en entrevista con Radio Universidad de Chile.
El equipo liderado por la Dra. Ruth Shady tiene un norte: conocer cómo fue su organización social, política y económica. Se han identificado 25 centros urbanos de distintas magnitudes y la ciudad de Caral es la más antigua.
La académica recordó que empezaron este camino por un proyecto de investigación de la Universidad de San Marcos y hoy cuentan con presupuesto permanente del Ministerio de Cultura. “Esperamos seguir con el trabajo para entender el sistema social de esta civilización que empezó su formación 3 mil años A.C (hace 5 mil años)”, manifestó.
Ciencia: unir el pasado y futuro
En esta zona se han identificado seis edificaciones piramidales, construcciones medianas y pequeñas, entre templos, sectores residenciales, plazas públicas, anfiteatro, almacenes, altares, calles, entre otros.
“Son valores que se deben observar considerando que en condiciones de paz, intercambiaron una diversidad de recursos. Y esto sin conflictos bélicos ni armas porque no hemos encontrado ciudades amuralladas. Hay productos que provienen de la tierra y de la selva. Y al parecer también hay una vinculación con chinchorro, una cultura que se encuentra en el territorio de Chile”, destacó Ruth Shady.
Las investigaciones revelan la importancia que le dieron a la nutrición balanceada principalmente con el consumo de la anchoveta. “Hubo ciencia. Trabajaron con la arquitectura, crearon tecnologías sismo-resistentes porque vieron los efectos de los terremotos. Un grupo de ingenieros japoneses han dicho que van a aplicar este conocimiento. Esta sociedad identificó problemas y buscó darles solución. Hemos encontrado laboratorios astronómicos y conocimientos agrarios (diferentes colores naturales de algodón)”, comentó.
La Directora de la Zona Arqueológica Caral concluyó “que el patrimonio arqueológico que se recupera de la ciencia andina contribuye a mejorar a la autoestima y fortalecer la identidad cultural”.
Estos estudios llaman la atención de la comunidad internacional y también de nuestra región. La Profesora Emérita y Titular de la Universidad de Chile, María Victoria Castro, manifestó que “desde el punto de vista arqueológico también tiene hallazgos notables como los elementos de música, estatuaria pequeña y lo arquitectónico. Pero lo más importante es la vinculación con el presente”.
“En términos globales hay un reconocimiento y con el tiempo las personas se van interesando en visitar América y nutrirse de estas culturas. Es un proceso lento porque nuestros país ha mirado a Europa y especialmente a Estados Unidos en un afán imitativo” dijo la académica de Estado en Filosofía, Arqueóloga y Magister en Ciencias Históricas.
María Victoria Castro aseguró que “más allá del sitio de Caral hay 66 hectáreas comprometidas en esta civilización tan temprana y que hace un manejo de la ecología muy sabio que incluso todavía practican los pueblos andinos en el noroeste argentino, norte grande de Chile y la sierra peruana y boliviana”.
La “Carta Caral al mundo”
Este 6, 7 y 8 de noviembre se firmará la “Carta Caral al mundo”. Representantes de Naciones Unidas para el Hábitat, Colegios profesionales del mundo, integrantes de la Unión Internacional de Arquitectos, entre otros, suscribirán este documento que “representará un compromiso unitario con el ordenamiento territorial respetando el medio ambiente y en el planteamiento de conceptos que contribuyan a buscar soluciones para tener ciudades sostenibles y seguras”.
Y este compromiso responde a un contexto climático mundial, pero es una materia que no está lejos del equipo de investigadores. Ruth Shady adelantó que están revisando “el último periodo de crisis de esta civilización que se reflejó en los efectos del cambio climático y que han quedado registrados en 34 esculturas en el sitio de Vichama”.