Este jueves se revelaron los resultados de la encuesta Casen 2015, en la cual se evidenció que persiste una alta brecha de desigualdad, a pesar de haber disminuido. Además, los indicadores de pobreza tanto monetaria como multidimensional, mostraron bajas respecto al último sondeo.
Por parte del gobierno, el ministro Marcos Barraza expresó al respecto que la baja en los índices de pobreza y desigualdad presentan indicios de la efectividad de las políticas reformadoras que ha impulsado el Ejecutivo.
En la misma línea, el diputado y presidente de la Comisión de Desarrollo Social, Superación de la Pobreza y Planificación, Miguel Ángel Alvarado (PPD); concordó con el ministro Barraza en decir que son los resultados presentan indicios de la efectividad de los políticas de Gobierno
“Creo que refuerza las políticas públicas, especialmente del Gobierno, que han sido difíciles de entender. Han sido complejas, mal evaluadas, pero al final del camino tuvo reconocimiento por las cifras duras. Ahora uno siempre quisiera que bajaran mucho más, pero el resultado es claro y categórico que da cuenta que hay que acentuar más, pero que son procesos dinámicos y sociales que toman tiempo también”, expresó el diputado
Alvarado agregó que en el caso de la desigualdad, se trata de un proceso que tomará más tiempo y apuesta por el rol de las nuevas generaciones.
“Ese es el gran tema de Chile, el gran problema que tenemos. Estamos en uno de los países más desiguales del mundo. Ahora, yo creo que hay que enfocarlo en un ámbito que va a tomar tiempo. Primero un ámbito cultural, decir que esto no tiene por qué seguir así, las nuevas generaciones eso lo entienden bastante”, dijo, agregando que en el instante en que estas generaciones estén de llenos insertas en el mundo laboral y social, cambiará la mirada que se tiene de la desigualdad en el país.
Son precisamente aquellas políticas de transformación las que se ponen en perspectiva a la hora de mirar hacia dónde se dirigirá el combate de la desigualdad por parte del Ejecutivo.
El economista de la Fundación Sol Gonzalo Durán, advirtió que en los análisis hay que considerar que la encuesta Casen 2015 no se incluye la población más rica del país. Es decir, el 0,1 por ciento de la población que obtiene el 20 por ciento de los ingresos totales en Chile y deslizó una crítica a la metodología para determinar la desigualdad.
“Todavía hay serios déficit en términos de llegar a lo que ganan, por ejemplo, la cúspide de las personas más ricas en Chile. Hay que recordar que esta encuesta finalmente no llega a ese tipo de personas. Entonces hay que tener mucho cuidado al momento de dar opiniones en relación a la desigualdad sin considerar precisamente lo que pasa en la cúspide de los ingresos en Chile”, expresó Durán.
Agregó que para realizar una panorámica más completa de la realidad de la desigualdad en el país, es necesario integrar datos de otros estudios, como los relacionados con empleo, donde más se expresa la desigualdad en términos de ingresos.
Pero advierte que persiste una deuda que tiene que ver con aumentar la capacidad de negociación para elevar los salarios de los trabajadores, de manera de combatir de manera efectiva la desigualdad disminuyendo las distancias entre los ingresos de las personas.
“La gran deuda que vemos en este plano es que no existe el poder sindical o el poder de la negociación colectiva. Y lamentablemente la reforma laboral que hizo este Gobierno empuja en una dirección contraria. No empuja en darle un mayor poder a los sindicatos”, indicó.
Gonzalo Durán hizo referencia a las modificaciones sustanciales que sufrió el proyecto de reforma laboral, que el Ejecutivo llevó adelante quitando elementos importantes de éste, como lo fue la negociación por rama, sumado a los traspiés que siguió teniendo este proyecto, en el Senado y el Tribunal Constitucional, donde además dejó de considerarse la titularidad sindical.
Finalmente recalcó la importancia de considerar los bonos y transferencias que han hecho los últimos gobiernos a los sectores más pobres, que abultan de manera que calificó de “artificial” los ingresos, sobre todo de los deciles más pobres. En términos estadísticos, “eso hace que haya menos personas en situación de pobreza”, dice Gonzalo Durán.