Smartphones, cámaras digitales, teléfonos inteligentes, televisores LED, láseres, electroimanes, memorias de computadoras, paneles fotovoltaicos, baterías recargables, aviones no tripulados o drones, sistemas de guías de misiles, son algunos artefactos que en su producción necesita de elementos químicos extraídos de tierras raras.
China cuenta con el 95% de la producción de estos componentes y Chile, en la ciudad de Penco, tiene un yacimiento que podría transformarse en una de las nuevas exportaciones de nuestro país. Los costos medioambientales que el gigante asiático ha tenido que pagar son las tensiones que tendrá que evaluar la institucionalidad chilena, altamente criticada por autorizar megaproyectos extractivitas sin poner atención a la posición comunitaria.
Durante la explotación y procesamiento de estas tierras en China, se crean cantidades considerables de desechos (tóxicos, radiactivos, gases y polvos). La obtención de una tonelada de tierras raras produce entre 9 mil y 12 mil metros cúbicos de gases ricos en polvo concentrado, conformado por ácido sulfúrico, dióxido de azufre y ácido fluorhídrico. Cerca de una tonelada de restos radioactivos y más de 75 mil litros de agua acidificada.
En Penco, la empresa Biolantanidos, firma asociada a LarrainVial, una de las vinculadas al Caso Cascada, pretende invertir cera de 40 millones de dólares para generar una explotación que podría llegar a una extensión de 500 mil hectáreas, aunque en un primer momento iniciarían con 100 mil.
Las condiciones de explotación serán a rajo abierto, por lo que existirá una remoción de tierra que generará una nueva composición del territorio. Los terrenos dispuestos para este proyecto hoy son plantaciones de monocultivo de pinos, uno de los principales conflictos socio-ambientales de la zona, ya que son justamente estas especies las que han generado una sobreexplotación de napas subterráneas por el nivel de consumo de estas especies.
El sector en el que se pretende explorar se encuentra a tres kilómetros de la comunidad más cercana, señal de alarma al considerar que una eventual explotación minera tendría un impacto directo a la forma de vida de quienes habitan en esos territorios.
Según plantea el Alcalde de Penco, Victor Hugo Figueroa, quien fue invitado a visitar la planta piloto de extracción de tierras raras que se instaló en la plantación de pinos, se siente tranquilo luego de conocer el proceso industrial que propone Biolantanidos, esto porque “este es un modelo cerrado que funciona con fuerza centrífuga, combinado con temas de gravedad que permitirá extraer estos elementos sin generar daño ambiental”.
Asimismo, asegura que mientras emprende la defensa de la iniciativa “en el modelo chino meten unos ácidos a la tierra para obtener el material, acá tiene que ver con trabajar con la tierra, remover metros cúbicos de tierra para extraer el mineral, sin usar ácidos ni líquidos en el proceso”.
A este proyecto se encuentran asociados profesores de la Universidad de Talca, miembros del departamento de ingeniería en minas de la casa de estudios estatal. Los académicos asociados a este proyecto declinaron referirse a la construcción de esta planta, ya que esperan tener la venia del privado que está ejecutando el proyecto.
Este proyecto minero de tierras raras, según lo ha planteado el Alcalde de Penco, pretende ser una revolución tecnológica, ya que sería la primera industria a nivel mundial que no generaría impacto ambiental en la producción de tierras raras.
Lo mismo ocurrió con la empresa, quienes se declinaron opinar explicando que tienen prohibido hablar con los medios de comunicación sobre este proyecto, cuya evaluación de impacto ambiental comenzará en los próximos días.
“Se está inventando una modalidad distinta, por lo tanto, cualquier persona que se va a oponer yo lo invito a que conozca el modelo chilensis de extracción de este mineral. Cualquier crítica sin conocer el modelo es una crítica que no tiene fundamento. Yo la aceptaría de alguien que haya conocido la planta, que haya conocido el mecanismo y que emita un informe respecto del daño ambiental”, planteó el alcalde de Penco.
Los riesgos de la producción de tierras raras
Para comprender de forma técnica las implicancias que podría tener la extracción de tierras raras con las tecnologías que hasta ahora se conocen en la metalurgia, la Doctora Lilian Velásquez, experta en hidrometalurgia de la Universidad de Santiago, hizo un recorrido por los diferentes procesos que se podrían abordar, dependiendo de qué elementos se encuentren en las tierras de la región del Bío-Bio.
El proceso a abordar “depende de la clasificaciones frente a cómo se van a procesar estos 17 elementos químicos que contienen las tierras raras, por ejemplo, las clasificadas como monacita se pueden tratar a altas temperaturas o procesar con soda caustica. El problema es que contienen elementos como el uranio y el torio, los que son radioactivos, algo altamente riesgoso para la vida”.
Los impactos que podrían generarse de darse la explotación, tal como plantea la profesora Lilian Velásquez es “primero remoción de terreno, porque esto se haría a cielo abierto, se utilizarían componentes químicos y esos productos podrían ser sulfato de amonio, cloruro de sodio y que obviamente después de la extracción o durante la extracción, se van a generar gases residuales,por lo tanto deben existir regulaciones para este tipo de operaciones”.
Según la académica “Chile tiene la tecnología para procesar esas tierras raras, pero falta capacitación a todo nivel, sobre todo si este yacimiento se encuentra en un lugar donde hay comunidad, donde se presentan todas las estaciones del año y hay aguas subterráneas. Para autorizar una faena de este tipo se debe realizar un estudio de impacto ambiental muy detallado”, finalizó la experta.