La zona de Puchuncaví, en específico la bahía de Ventanas, fue afectada por un vertimiento de dos mil kilos de carbón. La contaminación se ha vuelto una regularidad con la que deben convivir quienes habitan en esta comuna.
En este sector funciona el Puerto de Ventanas, el que recibe constantemente cargamentos de carbón que posteriormente son utilizados por la Central Termoeléctrica Campiche. Los persistentes vertimientos son evidenciados con las bajas de marea que llevan el mineral hasta la costa.
Según las estadísticas que reveló la Comisión Nacional de Energía, el Sistema Interconectado Central (SIC) ha triplicado el consumo de carbón en los últimos ocho años.
Si en 2008 el Servicio Interconectado Central ocupaba 1,7 millones de toneladas de ese combustible, el año pasado consumió 5,8 millones. De ese volumen de carbón utilizado el año pasado, el 40% (2,3 millones) fue quemado por las termoeléctricas de Puchuncaví, que en 2009 consumían menos de 800 mil toneladas.
Según estudios del Ministerio de Mediombiente esta operación termoeléctrica, sumado a la decena de empresas que funcionan en la zona, generan cerca de 2.395 toneladas de material particulado por año, lo que ha producido una generación de niños con malformaciones congénitas, enfermedades respiratorias crónicas y un alto grado de enfermos de cáncer.
El 27 por ciento de las emisiones registradas en esta zona son producidas por el material fino generado por las calderas de la termoeléctrica.
Hernán Ramírez, asesor ambiental de las organizaciones sociales de la bahía de Quintero y Puchuncaví plantea que “los últimos dos días han sido de mayor magnitud de los que se han estado observando durante el año y que también se ha visto la semana pasada, tal vez por las condiciones del mar o porque está más calma varó una gran cantidad de carbón. Lo que no hay duda es que proviene del sector industrial. Solo el Puerto de Ventanas descarga carbón y las empresas que consumen el mineral son las termoeléctricas de AESgener, que desde el año 2013, con la entrada en funcionamiento de Campiche, se ha incrementado en tres veces la quema, descarga y uso del carbón desde el 2008 al 2013″.
Tribunal Ambiental Falló a favor de la comunidad
Por otra parte, el Tribunal Ambiental de Santiago determinó que la Superintendencia de Medio Ambiente y Codelco Ventanas no cumplieron con el programa de mitigación que presentó la minera y que debía fiscalizar la Superintendencia del Medioambiente (SMA).
Esta es la primera vez que los tribunales fallan a favor de la comunidad contra Codelco Ventanas, que se hizo parte del juicio junto a la SMA.
Pese a la evidente asimetría de fuerzas entre las partes del juicio, las graves falencias del trabajo de la Superintendencia y Codelco fueron claves para que el Tribunal Ambiental dictaminara que se vulneró el artículo 42 , que señala la prohibición de aprobar programas de cumplimiento por medio de los cuales el infractor intente eludir su responsabilidad, aprovecharse de su infracción, o bien, que sean manifiestamente dilatorios.
Andrés León, presidente de la asociación Dunas de Ritoque y quien ha denunciado por cuatro años la contaminación de la comuna, expone la importancia del fallo conseguido por la comunidad en contra de Codelco y la Superintendencia. “Lo que está señalando el tribunal es que la superintendencia no está haciendo bien su trabajo y eso se nota, porque todo el daño ambiental que hay en la zona, depende de funcionarios que trabajan en Santiago aquí no están haciendo el trabajo, dejan todo botado. El daño está ahí, las aguas están contaminadas y ellos ni siquiera sacan los estudios, ni siquiera publican la información. De hecho, nosotros hemos estado peleando porque es meritorio haber ganado este recurso, porque ellos nos ocultaron la información y tuvimos que sacarla por transparencia, incluso ir al consejo de transparencia. Sumado a eso, ellos se presentaron en conjunto con Codelco Ventanas. El que tenía que fiscalizar con el fiscalizado, contra la comunidad”.
Siguiendo con el proceso judicial, Codelco tendrá diez días para presentar una apelación al fallo del Tribunal Medioambiental. De no presentarse, el tribunal asume un nuevo plan de cumplimiento que deberá elaborar la empresa en los próximos quince días, de tal forma que la Superintendencia tendría que fiscalizar su cumplimiento a favor de la vida y los derechos humanos de quienes habitan esta zona. En el caso que esto no suceda, el tribunal podría clausurar sus operaciones en la bahía de Puchuncaví.