Preocupación generó en la comunidad internacional, en especial a los gobiernos de América Latina, la amenaza que hizo la administración de Roberto Michelletti, quien luego de limitar algunas libertades constitucionales, aseguró que en diez días caducaría la inmunidad de la que goza la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde está desde la semana pasada el Presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya.
Desde el regreso del mandatario depuesto a la capital hondureña el gobierno de facto ha presionado para sacarlo de la delegación diplomática, la que no puede ser asaltada al estar protegida por convenios internacionales. Según el canciller chileno, Mariano Fernández, esta garantía deber seguir siendo respetada.
“Esperamos que no pase de ser una amenaza (…) Me informan de que habría habido un pequeño matiz posterior en las declaraciones, y que se estaría diciendo algo respecto a que no se va a violar la inmunidad ni la territorialidad de la embajada brasileña. En buena hora si es así, pero hasta donde yo había escuchado este es un lenguaje inaceptable”, aseveró.
Poco después de la declaración de Fernández, la Presidenta Michelle Bachelet, demandó una vez más la restitución en su cargo a Manuel Zelaya, al tiempo que señaló que no se puede aceptar el autoritarismo que tanto mal le hizo a América Latina en décadas pasadas.
Además, agregó que nadie puede aceptar entonces el intento de Micheletti por realizar elecciones en los próximos meses. “El haber decretado estado de sitio, y suspendido garantías constitucionales, el cierre de medios de comunicación, así como amenazas a la embajada de Brasil, ni van de la mano con el cumplimiento de los tratados internacionales con los que todos tenemos compromiso y mucho menos es argumentación de que el gobierno de facto ha señalado muchas veces que hay normalidad”, recalcó.
Junto con demandar la restitución inmediata del diálogo y la aceptación del acuerdo de San José de Costa Rica con el Presidente de ese país, Óscar Arias como mediador, Bachelet aprovechó de criticar la expulsión de funcionarios de la OEA de Honduras.
Por su parte, el Presidente de Guatemala, Álvaro Colom, de visita en Chile, se sumó al emplazamiento hecho por Bachelet al gobierno de facto hondureño. “(…) Quedan sesenta días para las elecciones, y lo que menos queremos es que sean deslegitimadas por una actitud que debe ser modificada, el Presidente Zelaya debe regresar al poder como constitucionalmente le corresponde”, afirmó.
El gobierno chileno está a la espera de la definición que adoptará la OEA en la reunión que sostendrá durante esta jornada para analizar la situación en Honduras, donde se espera presionar al régimen de Micheletti para abrir el diálogo y restituir a Manuel Zelaya en el cargo del cual fue sacado abruptamente el 28 de junio cuando se aprestaba a realizar un plebiscito para convocar a una asamblea constituyente.