Presentan querella contra responsables de tortura y muerte de Luis Corvalán

El mismo día en que se instituyó el día del Ejecutado Político, se presentaron tres nuevas querellas en busca de castigar a los responsables de sus muertes. Una de ella fue la que ingresaron los familiares de Luis Alberto Corvalán Castillo, hijo del entonces secretario general del Partido Comunista de Chile, quien murió producto de las torturas.


El mismo día en que se instituyó el día del Ejecutado Político, se presentaron tres nuevas querellas en busca de castigar a los responsables de sus muertes. Una de ella fue la que ingresaron los familiares de Luis Alberto Corvalán Castillo, hijo del entonces secretario general del Partido Comunista de Chile, quien murió producto de las torturas.

El mismo día en que se instituyó el día del Ejecutado Político, se presentaron tres nuevas querellas en busca de castigar a los responsables de sus muertes. Una de ella fue la que ingresaron los familiares de Luis Alberto Corvalán Castillo, hijo del entonces secretario general del Partido Comunista de Chile, quien murió producto de las torturas.
 
Tres días después del golpe de Estado de 1973, Luis Corvalán Castillo, hijo del secretario general del Partido Comunista, fue detenido y llevado al Estadio Nacional donde fue sometido a intensas torturas, con mayor brutalidad el día 17 de ese mes, según comentan testigos.

Diez meses después, el 30 de julio de 1974, fue trasladado al campo de concentración de Chacabuco, donde además de los malos tratos se sumaron los trabajos forzados que ordenaban una serie de militares que luego denunció en su libro “Viví para contarlo”, como explicó su viuda, Ruth Vuskovic, antes de presentar la querella en contra de los responsables de la muerte de Corvalán.

“Acusa al coronel Jorge Espinoza, encargado de los prisioneros, de ser responsable de torturas, de hambre, de frío, de incomunicación, del chantaje y la extorsión a mi suegra. Acusa también al mayor Von Crishmar y al capitán Minoletti. También acusa a San Martín y al capitán Santander del comandante del campo de Chacabuco, también al mayor Farías y al teniente Alexander Ananías, el primero comandante del campo y el segundo teniente de seguridad, ambos de la primera división del Ejército”.

Este fue parte del documento que luego se transformó en un testamento de denuncia, el que como explicó su hermana, Liliana Corvalán, presentó ante las Naciones Unidas en México, como una de las primeras acusaciones contra lo que estaba ocurriendo en Chile bajo la dictadura que encabezaba Augusto Pinochet.

“Lo importante es recalcar que lo que leyó Ruth, mi cuñada, corresponde a un testimonio que Luis Alberto Corvalán presentó ante las Naciones Unidas en México. Nosotros queremos continuar y debemos continuar con las futuras acciones, aclarar todos los hechos, exigir justicia, para que realmente puedan nuestras almas reflorecer”.

Luego de México, Luis Corvalán Castillo se radicó en Bulgaria, país donde falleció el 26 de octubre de 1975, según el médico forense, producto de las torturas y los apremios psicológicos a los que fue sometido durante su paso por el Estadio Nacional y el campo de concentración de Chacabuco.

Liliana Castillo, madre de Luis Corvalán, señaló que aún el paso del tiempo no logra borrar las huellas de lo sucedido, no sólo a su familia y en especial a su hijo, sino a todo un país que precisa recordar.

“Pasan los años y es una pena tan profunda en mi corazón como vieja revolucionaria que este país, habiendo ya terminado la dictadura, siga siendo un país con tan poca memoria. Pueblo querido hace memoria y no olvides todo lo que pasó, no lo olvides nunca, te lo dice una madre que aún su corazón le sangra por haber perdido a un hijo en la dictadura”, dijo emocionada.

Luis Corvalán, por su parte, expresó que este es un paso más en la búsqueda de la verdad que aún está pendiente en materia de derechos humanos en nuestro país. “Forma parte de una campaña por el conocimiento de la verdad y contra la impunidad de los crímenes cometidos durante la dictadura”, aseguró.

De hecho, ya son varias las querellas criminales que se han presentado en los tribunales de justicia que sólo persiguen las responsabilidades penales de quienes hoy viven amparados en el secreto de 50 años que estableció la comisión Valech respecto al nombre de quienes fueron parte de los crímenes cometidos por la dictadura contra miles de chilenos.

Además de Luis Corvalán Castillo, la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos presentó también querellas por Arnoldo Flores y Óscar Tapia Leighton, cuyos familiares aún piden justicia, ni más ni menos.





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