El ministro de Relaciones Exteriores Alfredo Moreno viajará a Estados Unidos para hacer patente el respaldo del gobierno a José Miguel Insulza, ante la elección del miércoles para su reelección como secretario general de la OEA.
El canciller destacó la importancia de acompañarlo en Washington y ser parte de algo importante para Chile.
“Hace algún tiempo ya habíamos entregado nuestro respaldo a José Miguel Insulza para que sea reelecto como Secretario General de la OEA, pero además en esta ocasión queremos acompañarlo en Washington y ser parte de una cosa que me parece importante para los chilenos como es tener a un compatriota en un cargo tan relevante como es la secretaría general de la OEA”, sostuvo el ministro.
Si bien, según los cálculos gubernamentales, Insulza tenía los votos necesarios para ser ratificado en su cargo, ayer llegó el apoyo más esperado.
Estados Unidos manifestó su respaldo a la reelección del chileno al mando de la OEA, según consta en una carta enviada por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, al titular del organismo.
El voto de confianza de Washington se produce apenas dos días antes de las elecciones internas de la OEA y pese a la campaña en contra de Insulza que lanzaron hace un mes ciertos legisladores y el Washington Post.
En la misiva, la jefa de la diplomacia estadounidense indica, además, que no exigirá una votación el día 24, cuando se procederá a elegir al secretario general y al “número dos” de la OEA para el periodo 2010-2015, y si ningún otro país miembro pide lo contrario, se reelegirá a Insulza por aclamación.
Según los medios internacionales, el respaldo de Washington indica que, a pesar de las críticas y diferencias que ha tenido en ocasiones hacia y con Insulza, ve a la OEA como el organismo donde puede y debe defender sus intereses en la región.
En la carta, Clinton valora las declaraciones de Insulza del pasado 3 de marzo, cuando presentó su propuesta para otro mandato donde propuso reformar la Carta Democrática Interamericana e introducir procedimientos más rápidos para prevenir amenazas a las democracias antes, y no después, que estallen crisis y conflictos.