Doce organizaciones ciudadanas exigieron al Ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno, aclarar la ambigua posición del gobierno frente al actual proceso de negociación de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que buscaría eliminar la moratoria sobre la caza comercial y legitimar la llamada “cacería científica” de ballenas en el Santuario de Aguas Antárticas.
Las agrupaciones se dirigieron al frontis del edificio a hacer la entrega de una carta al canciller. Sin embargo, carabineros les impidió abrir su pancarta y realizar declaraciones en el exterior de la cancillería.
La preocupación se debe a que hoy se da a conocer en Washington una propuesta que ha sido elaborada, a puertas cerradas, por el grupo “de apoyo de la CBI”, conformado principalmente por países que apoyan las políticas de cacería de Japón, gracias a un proceso comprobado de compra votos.
Esta propuesta será discutida en la CBI desde el 15 al 21 de junio en Agadir, Marruecos y puede generar un cambio de rumbo de la entidad desde el eje de conservación y uso no letal de las ballenas a la reanudación de la ballenería comercial, al levantar la moratoria por un plazo inicial de 10 años, sin contar con los mecanismos de fiscalización necesarios para controlar la magnitud de las capturas.
David Gómez de EcoAmimal, asociación que reúne más de 15 organizaciones chilenas en defensa de los animales y el medio ambiente, advirtió que levantar la moratoria sería generar un verdadero efecto dominó en los países interesados.
“Si es que se levanta la moratoria para que Japón siga cazando después Noruega va a querer lo mismo, Corea siempre ha manifestado su interés por mantener la caza de ballenas, lo que producirá un efecto dominó de otros países que van a querer cazar ballenas, luego van a querer aumentar la caza. Además, no existe una real fiscalización por lo que se abriría una caja de pandora a favor de los países balleneros lo que provocaría un retroceso en lo que pasaba hace 50 años y vamos a tener problemas de extinción de especies que ya están en peligro”, sostuvo el ecologista.
En este contexto, las organizaciones califican como alarmante el giro que estaría dando el embajador Chileno Cristián Maqueira, quien lidera la CBI y su respectivo proceso de negociación.
Priscila Escobar del Centro de Conservación Cetácea advirtió que nuestro país no puede amparar este cambio, ya que forma parte del “Grupo de Buenos Aires” que reúne a los países latinoamericanos en la meta de preservar estos mamíferos acuáticos.
“Sería muy lamentable que Chile siendo el segundo país latinoamericano que está dirigiendo la Comisión Ballenera Internacional donde Argentina fue el primero y bajo su mando se creó la moratoria en 1886 sea Chile el país bajo cuya presidencia se rechaza y se da la espalda a esta moratoria y en lugar de avanzar hacia una real conservación global y moderna de ballenas y delfines se retroceda dando la espalda a esta moratoria histórica”, dijo la experta.
Por su parte, el director de Ecoceanos, Juan Carlos Cárdenas denunció un cambio en la política de Michelle Bachellet, quien el 2008 decretó la prohibición de cazar de ballenas y estableció la oposición de nuestro país a la “caza científica”, y alertó también sobre los riesgos de un posible acuerdo con Estados Unidos y Japón.
“Por un lado está la presión del gobierno estadounidense sobre el gobierno de Chile por lo que pensamos que este es uno de los primeros ejemplos de que el gobierno de EE.UU. va a utilizar al nuevo gobierno de nuestro país como un caballo de batalla para empezar a implementar políticas anti medio ambientales en América Latina. También aquí hay un acuerdo que va desde la derecha, la Concertación para darle una salida a Japón negociada a puerta cerrada y que se habría producido en los últimos cuatro meses cuestión que ha sido denunciada por las organizaciones ciudadanas para obtener respaldo y ventajas desde el punto de vista comercial o económico con Japón a cambio del apoyo político que le puede brindar Chile en el tema ambiental”, explicó Cárdenas.
Esto, señaló Cárdenas es la punta del Iceberg donde nos enfrentamos a un actual limbo en la institucionalidad ambiental que beneficia directamente a las grandes compañías.
En este contexto, las organizaciones temen que se finalmente se impongan criterios comerciales sobre la preocupación por el medio ambiente y la protección de las especies.
Doce organizaciones ciudadanas exigieron al Ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno, aclarar la ambigua posición del gobierno frente al actual proceso de negociación de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que buscaría eliminar la moratoria sobre la caza comercial y legitimar la llamada “cacería científica” de ballenas en el Santuario de Aguas Antárticas.
Las agrupaciones se dirigieron al frontis del edificio a hacer la entrega de una carta al canciller. Sin embargo, carabineros les impidió abrir su pancarta y realizar declaraciones en el exterior de la cancillería.
La preocupación se debe a que hoy se da a conocer en Washington una propuesta que ha sido elaborada, a puertas cerradas, por el grupo “de apoyo de la CBI”, conformado principalmente por países que apoyan las políticas de cacería de Japón, gracias a un proceso comprobado de compra votos.
Esta propuesta será discutida en la CBI desde el 15 al 21 de junio en Agadir, Marruecos y puede generar un cambio de rumbo de la entidad desde el eje de conservación y uso no letal de las ballenas a la reanudación de la ballenería comercial, al levantar la moratoria por un plazo inicial de 10 años, sin contar con los mecanismos de fiscalización necesarios para controlar la magnitud de las capturas.
David Gómez de EcoAmimal, asociación que reúne más de 15 organizaciones chilenas en defensa de los animales y el medio ambiente, advirtió que levantar la moratoria sería generar un verdadero efecto dominó en los países interesados.
“Si es que se levanta la moratoria para que Japón siga cazando después Noruega va a querer lo mismo, Corea siempre ha manifestado su interés por mantener la caza de ballenas, lo que producirá un efecto dominó de otros países que van a querer cazar ballenas, luego van a querer aumentar la caza. Además, no existe una real fiscalización por lo que se abriría una caja de pandora a favor de los países balleneros lo que provocaría un retroceso en lo que pasaba hace 50 años y vamos a tener problemas de extinción de especies que ya están en peligro”, sostuvo el ecologista.
En este contexto, las organizaciones califican como alarmante el giro que estaría dando el embajador Chileno Cristián Maqueira, quien lidera la CBI y su respectivo proceso de negociación.
Priscila Escobar del Centro de Conservación Cetácea advirtió que nuestro país no puede amparar este cambio, ya que forma parte del “Grupo de Buenos Aires” que reúne a los países latinoamericanos en la meta de preservar estos mamíferos acuáticos.
“Sería muy lamentable que Chile siendo el segundo país latinoamericano que está dirigiendo la Comisión Ballenera Internacional donde Argentina fue el primero y bajo su mando se creó la moratoria en 1886 sea Chile el país bajo cuya presidencia se rechaza y se da la espalda a esta moratoria y en lugar de avanzar hacia una real conservación global y moderna de ballenas y delfines se retroceda dando la espalda a esta moratoria histórica”, dijo la experta.
Por su parte, el director de Ecoceanos, Juan Carlos Cárdenas denunció un cambio en la política de Michelle Bachellet, quien el 2008 decretó la prohibición de cazar de ballenas y estableció la oposición de nuestro país a la “caza científica”, y alertó también sobre los riesgos de un posible acuerdo con Estados Unidos y Japón.
“Por un lado está la presión del gobierno estadounidense sobre el gobierno de Chile por lo que pensamos que este es uno de los primeros ejemplos de que el gobierno de EE.UU. va a utilizar al nuevo gobierno de nuestro país como un caballo de batalla para empezar a implementar políticas anti medio ambientales en América Latina. También aquí hay un acuerdo que va desde la derecha, la Concertación para darle una salida a Japón negociada a puerta cerrada y que se habría producido en los últimos cuatro meses cuestión que ha sido denunciada por las organizaciones ciudadanas para obtener respaldo y ventajas desde el punto de vista comercial o económico con Japón a cambio del apoyo político que le puede brindar Chile en el tema ambiental”, explicó Cárdenas.
Esto, señaló Cárdenas es la punta del Iceberg donde nos enfrentamos a un actual limbo en la institucionalidad ambiental que beneficia directamente a las grandes compañías.
En este contexto, las organizaciones temen que se finalmente se impongan criterios comerciales sobre la preocupación por el medio ambiente y la protección de las especies.
Doce organizaciones ciudadanas exigieron al Ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno, aclarar la ambigua posición del gobierno frente al actual proceso de negociación de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que buscaría eliminar la moratoria sobre la caza comercial y legitimar la llamada “cacería científica” de ballenas en el Santuario de Aguas Antárticas.
Las agrupaciones se dirigieron al frontis del edificio a hacer la entrega de una carta al canciller. Sin embargo, carabineros les impidió abrir su pancarta y realizar declaraciones en el exterior de la cancillería.
La preocupación se debe a que hoy se da a conocer en Washington una propuesta que ha sido elaborada, a puertas cerradas, por el grupo “de apoyo de la CBI”, conformado principalmente por países que apoyan las políticas de cacería de Japón, gracias a un proceso comprobado de compra votos.
Esta propuesta será discutida en la CBI desde el 15 al 21 de junio en Agadir, Marruecos y puede generar un cambio de rumbo de la entidad desde el eje de conservación y uso no letal de las ballenas a la reanudación de la ballenería comercial, al levantar la moratoria por un plazo inicial de 10 años, sin contar con los mecanismos de fiscalización necesarios para controlar la magnitud de las capturas.
David Gómez de EcoAmimal, asociación que reúne más de 15 organizaciones chilenas en defensa de los animales y el medio ambiente, advirtió que levantar la moratoria sería generar un verdadero efecto dominó en los países interesados.
“Si es que se levanta la moratoria para que Japón siga cazando después Noruega va a querer lo mismo, Corea siempre ha manifestado su interés por mantener la caza de ballenas, lo que producirá un efecto dominó de otros países que van a querer cazar ballenas, luego van a querer aumentar la caza. Además, no existe una real fiscalización por lo que se abriría una caja de pandora a favor de los países balleneros lo que provocaría un retroceso en lo que pasaba hace 50 años y vamos a tener problemas de extinción de especies que ya están en peligro”, sostuvo el ecologista.
En este contexto, las organizaciones califican como alarmante el giro que estaría dando el embajador Chileno Cristián Maqueira, quien lidera la CBI y su respectivo proceso de negociación.
Priscila Escobar del Centro de Conservación Cetácea advirtió que nuestro país no puede amparar este cambio, ya que forma parte del “Grupo de Buenos Aires” que reúne a los países latinoamericanos en la meta de preservar estos mamíferos acuáticos.
“Sería muy lamentable que Chile siendo el segundo país latinoamericano que está dirigiendo la Comisión Ballenera Internacional donde Argentina fue el primero y bajo su mando se creó la moratoria en 1886 sea Chile el país bajo cuya presidencia se rechaza y se da la espalda a esta moratoria y en lugar de avanzar hacia una real conservación global y moderna de ballenas y delfines se retroceda dando la espalda a esta moratoria histórica”, dijo la experta.
Por su parte, el director de Ecoceanos, Juan Carlos Cárdenas denunció un cambio en la política de Michelle Bachellet, quien el 2008 decretó la prohibición de cazar de ballenas y estableció la oposición de nuestro país a la “caza científica”, y alertó también sobre los riesgos de un posible acuerdo con Estados Unidos y Japón.
“Por un lado está la presión del gobierno estadounidense sobre el gobierno de Chile por lo que pensamos que este es uno de los primeros ejemplos de que el gobierno de EE.UU. va a utilizar al nuevo gobierno de nuestro país como un caballo de batalla para empezar a implementar políticas anti medio ambientales en América Latina. También aquí hay un acuerdo que va desde la derecha, la Concertación para darle una salida a Japón negociada a puerta cerrada y que se habría producido en los últimos cuatro meses cuestión que ha sido denunciada por las organizaciones ciudadanas para obtener respaldo y ventajas desde el punto de vista comercial o económico con Japón a cambio del apoyo político que le puede brindar Chile en el tema ambiental”, explicó Cárdenas.
Esto, señaló Cárdenas es la punta del Iceberg donde nos enfrentamos a un actual limbo en la institucionalidad ambiental que beneficia directamente a las grandes compañías.
En este contexto, las organizaciones temen que se finalmente se impongan criterios comerciales sobre la preocupación por el medio ambiente y la protección de las especies.
