Nativo de Rio de Janeiro. Desde temprana edad escuchaba soul y funk y coleccionaba discos que tocaba el día entero en la vitrola de su hermana, hasta que descubrió el rock y sus revistas. Enciclopedias, discos importados y toda la parafernalia del coleccionador, lo transformaron en un conocedor del estilo.
Fue cantante de Kabbalh, banda de Hard Rock, altamente influenciada por Deep Purple, Black Sabbath y otras bandas de los 70. Respecto a esa época señala “Recuerdo que sólo quería saber de blues/rock….y salí de la banda para intentar hacer ese sonido. Hasta que descubrí el disco “Blow by Blow” de Jeff Beck, que me remeció, haciendo que retomara el universo de la música negra que había abandonado en esa época”, dice Motta.
Trabajó como DJ y escribió un ensayo en esa materia. A mediados de los 80 conoció al guitarrista Luiz Fernando “Cumprido” con el que crean la banda “Conexao Japeri” y editan el primer álbum en 1988. “Este período fue bastante agradable, a pesar de nunca haberme adaptado a la “democracia de una banda. Siempre quise trabajar mis ideas”, señaló Ed.
Muy pronto Ed Motta abandonó el grupo con el fin de iniciar su carrera como solista, desarrollar su propio estilo, combinar un rango de sonidos vocales con los instrumentos y decir no a lo que veía como “el dictatorismo de las palabras” en las canciones.
A pesar de que su generación estuvo fuertemente expuesta al pop estadounidense e inglés, logró hacer una cosa popular de nivel, sofisticación y cuidado, iniciando en el 1997, la idea de “Manual práctico para fiestas, bailes y afines Volumen 1”. Disco que tiene el sabor de la simplicidad de sus primeros trabajos, pero con una capacidad técnica y de composición mayor y con un repertorio orientado al dance, sin por ello, separarse del jazz y la música tradicional brasileña.
Década del 90 y principios del 2000, fructíferas en creación y giras tanto nacionales e internacionales, como el “show inolvidable” según sus propias palabras, con Roy Ayers en Central Park de New York, lo posicionan en el medio como “profundo conocedor de música y multi-instrumentista”.
A principios del 2002, edita un disco casi totalmente instrumental “Dwitza”, orientado al jazz con referencias cinematográficas, Brodwaydinas y brasileñas que sus seguidores y críticos no logran entender y apreciar del todo. A diferencia de Dwitza, su trabajo “Poptical” es un verdadero reencuentro con el género Pop.
Sintetizadores, sonoridades setenteras y la participación de diversos letristas, enfatizan el clima retro-futurista de la obra de este joven e inteligente compositor carioca.
Revisando su discografía, podríamos decir que Dwitza en cierto modo abrió camino para que Ed Motta nos mostrara su inquietud y capacidad de constante evolución sonora.
En el 2005 “Aystelum” deja de manifiesto esa libertad creativa donde no está sujeto a reglas ni preconceptos musicales y donde además se nota una marcada valoración de la melodía.
En el 2008 nos sorprende con el álbum “Chapter 9” cantado en inglés, distanciándose de esos sabores jazz-samba que lo acompañaban en trabajos anteriores y usando guitarras distorsionadas y con efecto tremolo en el tema “Tommy boy¨s big mistake” Tal vez, podríamos pensar que es más internacional o quizás menos brasileño, pero lo que es seguro es que cada día es más libre en su creación musical.
Un año después de haber realizado ese drástico giro en lo estilístico y conceptual (Aystelum, Chapter9), nos vuelve a sorprender con la propuesta del décimo disco de estudio: “Piquenique” (2009) donde retorna a su sonido clásico.
En Piquenique, retoma el portugués y su vertiente bailable y festiva. Las letras en parceria de Edna Lopes, su mujer por casi 18 años, a excepción de Nefertiti en que hace parceria con Rita Lee.
Buenas y sólidas canciones, con moderadas “edmoteses”.
El funk, el soul y la música disco, vuelven a ser los protagonistas estilísticos, por lo que estamos seguros que la mayoría de los seguidores de Ed Motta no dejaran de cantarlo y bailarlo.
“ED MOTTA ES MUSICA DE LA CABEZA A LOS PIES”