El Presidente brasileño, Luiz Lula da Silva y su colega iraní, Mahmud Ahmadinejad, analizaron en Teherán la situación nuclear, y coincidieron la necesidad de aunar posiciones en la escena internacional, sin llegar a anunciar un acuerdo sobre el enriquecimiento de uranio.
“Brasil considera estratégicas a sus relaciones con Irán, ya que así los dos países pueden actuar con más fuerza” en el escenario internacional, remarcó el gobernante brasileño.
Irán “tiene todo el derecho a defender su independencia y desarrollo”, afirmó Lula, quien mantuvo una agenda intensa de reuniones orientadas a lograr un pacto que evite las sanciones propuestas por Estados Unidos contra Irán, al que Washington acusa de propender hacia una bomba atómica.
Mahmud Ahmadinejad, por su parte, agradeció “al presidente brasileño su apoyo a los derechos de la nación iraní y su posición a favor de la reforma del orden mundial”, según reportó el sitio de la presidencia iraní.
La canciller estadounidense, Hillary Clinton, se mostró escéptica sobre el resultado de las gestiones brasileñas en Irán, y para los gobiernos occidentales, el viaje de Lula es “la última oportunidad” de que Irán flexibilice su posición, antes de que se adopten medidas en el Consejo de la ONU.
En cambio, el gobierno brasileño sigue confiando en un consenso y considera que “cuanto más” dirigentes internacionales respalden el diálogo, más probable será que se llegue a un resultado positivo.