Los sindicatos intentaron capitalizar, aunque no con mucho éxito, el descontento de los franceses por el anuncio del gobierno de retrasar la edad de jubilación fijada desde 1982 en 60 años, en una decisión emblemática del presidente socialista François Mitterrand. Los franceses también protestaron contra el plan de congelar el gasto público para bajar el déficit.

Entre 22 mil y 90 mil ciudadanos acudieron bajo la lluvia parisina a la manifestación programada por las seis centrales sindicales que convocaron una jornada de huelga en Francia este jueves para mostrar el rechazo a lo que consideran un plan de ajuste “encubierto”. Es decir, al plan del Gobierno de congelar el gasto público durante los próximos tres años con el objetivo de rebajar el déficit que se sitúa en un histórico 7,5% del PIB y que puede alcanzar el 8% a finales de año.

Para el Gobierno es una medida necesaria para conseguir llevar el déficit por debajo del 3% en 2013. Un esfuerzo del orden, según el ministerio de Finanzas francés, de 95.000 millones de euros. La congelación del gasto público afecta sobre todo a las colectividades territoriales, presupuestos provinciales, a varios ministerios y a la seguridad social.

Uno de los motivos más polémico del plan es la confirmación de que se va a retrasar la edad de jubilación. El ministro de Trabajo, Eric Woerth, lo afirmó después de semanas de rumores sobre esa posibilidad. El gobierno aún no ha establecido el nuevo límite pero podría llegar hasta los 63 años, según varias fuentes.

Una encuesta publicada hoy aseguraba que el 62% de los franceses está dispuesto a salir a las calles para manifestarse a favor de mantener la edad legal de jubilación a los 60 años, según el Instituto de sondeos CSA que ha realizado la encuesta para el diario capitalino Le Parisien. Finalmente el seguimiento total de la huelga ha sido sobre un 22%.

Esta jornada es crucial para los sindicatos, así lo aseguraba el secretario de la CGT, Bernard Thibault quien llamó a la “resistencia”, para pararle los pies al gobierno. La huelga ha sido convocada tanto en el sector público como en el sector privado, aunque en este último el paro es parcial, sólo de varias horas en el sector bancario, el comercio y la industria.

En el sector público, el metro de París ha funcionado normalmente, pese a algunos problemas en los trenes de cercanías y en los aeropuertos de Orly y Charles de Gaulle, sin anulaciones ni retrasos masivos, no obstante. El sector de la educación tal vez sea el más afectado con un tercio de los profesores de primaria en huelga.