Sin una propuesta clara sobre la mesa por parte de la Comisión Técnica se sentarán a negociar en los próximos días el gobierno y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) el monto del reajuste anual del salario mínimo.
El grupo de expertos liderado por el coordinador académico del Centro de Estudios Públicos, Harald Beyer, abogó en su mayoría por un incremento salarial que esté en línea con la meta de inflación de tres por ciento que tiene este año el Banco Central. En la otra vereda se defendió la necesidad de mejorar la distribución del ingreso, cerrando la brecha con la línea de la pobreza.
De todos modos, los ministros de Hacienda y Trabajo deberán examinar el informe de 66 páginas sobre remuneración básica y la próxima semana discutir una cifra de reajuste con la cúpula de la multisindical y el Consejo de la Pequeña y la Mediana Empresa (Conapyme). Sin embargo, no se descarta que el gran empresariado, agrupado en la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), también forme parte de la mesa política que convoca el Ejecutivo.
De concretarse, esto sería la primera inclusión del sector privado desde 1992.
El representante de la CUT en la Comisión Técnica, Juan Carlos Scapini, explicó que los fundamentos macroeconómicos permiten un reajuste de salario básico superior al tres por ciento. Respecto de la cifra exacta del incremento salarial, el economista señaló ello tendrá que ser fijado por partes en la negociación.
“Debiera ser una cifra superior al tres por ciento, pero la posición es que esa cifra mágica debería ser negociada por la comisión, en donde va a participar la CUT, la Conapyme, seguramente la CPC y el Ejecutivo y entre todos generar una recomendación de consenso”, indicó Scapacini.
La directora del Programa de Economía del Trabajo, Carmen Espinosa, por su lado, se mostró contraria a un reajuste que esté en línea con la proyección del IPC que hay para los próximos doce meses.
“Los trabajadores que perciben el ingreso mínimo adquieren bienes y servicios que no están en el promedio del IPC, muchas veces tienen que servir deudas y pagos que están muy por sobre el IPC, y el que solamente haya un aumento en ese porcentaje va desmejorar aun más sus condiciones y va a genera una mayor desventaja en sus condiciones de vida”, señaló Espinosa.
En la discusión de este año el gobierno privilegiaría la empleabilidad en lugar de la redistribución de ingresos, pues un reajuste superior a la meta inflación podría afectar los equilibrios de la economía. Ese argumento, no obstante, fue relativizado por el economista Luis Eduardo Escobar, quien aseguró que no hay bases solidas para comprobar eso.
“Con un gobierno más bien conservador yo creo que va a ser difícil que hayan aumentos considerables del salario mínimo, creo que es probable que este año veamos un aumento acotado del salario mínimo, porque los economistas que están en el gobierno siempre han pensando que si uno sube el salario mínimo sube el desempleo. Hasta ahora no hay experiencia empírica para eso”, sostuvo Escobar.
El actual salario mínimo, de 165 mil pesos, rige hasta el próximo 30 de junio. De concretarse un reajuste de 3 por ciento, el incremento del salario mínimo sería de cuatro mil 950, llevando el monto a 169mil 950 pesos.