El canciller cubano, Bruno Rodríguez, se reunió este jueves en París con el ministro de exteriores español y responsable de turno de la Unión Europa (UE) en esta área, Miguel Ángel Moratinos, para pedirle que la Unión cambie su Posición Común contra la isla, una postura que considera una “injerencia” a la soberanía cubana y una herramienta de presión “obsoleta”.
El encuentro, celebrado en la casa del embajador español en Francia, se produjo a cuatro días de que los ministros de Relaciones Exteriores de la UE realicen su revisión anual de esta política común hacia Cuba. La reunión de los ministros tiene como objeto evaluar el nivel de las relaciones de UE con la isla que, de acuerdo al pacto impulsado en 1996 por el entonces presidente español José María Aznar, serán más o menos intensas en base a criterios de respeto a los derechos humanos y al avance de un proceso democrático en Cuba.
La reunión fue calificada por Moratinos como “constructiva” y “positiva”. El ministro reconoció que existen “algunas diferencias” pero una “clara voluntad” de acercar posiciones.
No en vano, la modificación de la posición hacia Cuba ha sido una de las prioridades del gobierno español en lo que a política exterior se refiere. España apuesta por un diálogo bilateral con las autoridades de la isla.
Para modificar este pacto se necesita el consenso de los 27 Estados de la Unión, según Moratinos, algo que Francia ya ha adelantado que no va a ocurrir porque “La Habana no ha hecho lo que esperábamos” en materia de derechos humanos, según indicó la portavoz adjunta de la cancillería francesa, Christine Fages.
“En esas condiciones, no es posible dar un nuevo paso adelante”, consideró. Francia considera que Cuba no ha dado los pasos suficientes en materia de derechos humanos y de respeto a las libertades fundamentales.