En el mercado de las pulgas de la ciudad fronteriza de Maracaibo confluyen diariamente cerca de cinco mil personas. Considerado uno de los mercados populares más grandes de América Latina, este espacio se constituye en el mayor sitio de encuentro entre colombianos y venezolanos. Aquí la frontera sólo existe en el papel.
En este lugar muchas personas tienen doble nacionalidad, lo que les permite ir de lado y lado de la frontera comerciando con productos de primera necesidad indispensables para ambos países. A este sitio también vienen a parar las miles de personas que huyendo del conflicto armado colombiano, terminan refugiándose en Venezuela. Se calcula que a lo largo de la frontera sobreviven más de 600 mil desplazados.
Efectos de la disputa entre Bogotá y Caracas
Al recorrer el mercado de las pulgas de la ciudad de Maracaibo la conclusión es unánime: la situación irregular de las relaciones bilaterales es insostenible. En los últimos tiempos, el comercio entre los dos países ha llegado a disminuir hasta en un 95 por ciento. Los comerciantes minoristas se han topado de frente con las restricciones en los pasos fronterizos, que les impiden ingresar a Venezuela alimentos como la carne y llevar hacia Colombia, harina, arroz, leche y demás productos perecederos.
No solo las miles de personas que sobreviven del intercambio comercial a pequeña escala en la frontera esperan en vilo la decisión que tomen los colombianos el próximo 20 de junio. Los grandes comerciantes, aunque son optimistas frente a la llegada de un nuevo mandatario a la presidencia de Colombia, urgen una salida a la complicada situación que atraviesan las relaciones entre los dos países.
Daniel Montealegre, como presidente de la Junta directiva de la Cámara de integración económica venezolana-colombiana Cavecol, aspira a que el mismo día que se conozca el nombre de quien regirá los destinos de Colombia durante los próximos cuatro años, se ponga fecha para una reunión entre los dos mandatarios, y se fije una agenda inmediata para la normalización de las relaciones. “Esta es una decisión política que deben tomar los dos presidentes, de dar por supuesto las órdenes correspondientes a las partes operativas que permitan el flujo comercial. Hasta que no se otorguen nuevas autorizaciones, no puede haber nacionalizaciones y por ende exportaciones sobre todo desde Colombia hacia Venezuela”, opina Montealegre, quien confía que el sentido común va a primar en los dos gobiernos, máxime si se tiene en cuenta que por la frontera terrestre entre Colombia y Venezuela fluye el 80 por ciento del comercio bilateral.
También la crisis humanitaria que viven los cientos de miles de desplazados colombianos, necesita soluciones binacionales. Vilma Rodríguez huyó hace cuatro años de la violencia en su país y desde hace dos, no ha podido ingresar a Colombia por las restricciones que existen en estos momentos a lo largo de toda la frontera. Muchos de los refugiados se encuentran de manera irregular en Venezuela y temen que en las actuales circunstancias, si se mueven hacia su país, no puedan regresar a su lugar de refugio.
La seguridad: un tema que divide
El optimismo de los grandes comerciantes no es compartido por amplios sectores venezolanos, a quienes les preocupa la conocida animadversión entre Hugo Chávez y Juan Manuel Santos. Las palabras del candidato en el discurso pronunciado inmediatamente después de conocida su victoria en la primera vuelta, en el que no reconoce enemigos nacionales ni internacionales, en una clara alusión al mandatario venezolano, no tranquilizan a muchos. Y este desencuentro internacional ha tenido como punto central el manejo del tema de la seguridad y del conflicto por parte del gobierno del presidente Uribe.
Al respecto, el historiador y politólogo Juan Romero apunta lo siguiente: “El triunfo de Santos va a tener un alto impacto desde el punto de vista del derecho internacional y desde el punto de vista de las relaciones entre Colombia y Venezuela. Colombia va a tener un presidente que como ministro de la defensa autorizó, violando el derecho público internacional, una incursión militar a un país vecino. Sí eso lo hizo siendo ministro de la defensa, obviamente hay unas consideraciones geopolíticas que hacer desde el punto de vista de lo que puede ser su accionar como presidente”. Además de lo anterior, Romero cree que el triunfo de Juan Manuel Santos va a significar el golpe mortal a la Comunidad Andina de Naciones, dificultando así los procesos de integración.
Entretanto, en el mercado de las pulgas de la ciudad de Maracaibo, los miles de comerciantes colombianos y venezolanos coinciden en que gane quien gane las elecciones el próximo 20 de junio en Colombia, los mandatarios de ambos países deben buscar una salida a las conflictivas relaciones entre dos naciones que comportan muchas más cosas que una frontera. Los mandatarios tendrán que ir a un acuerdo diplomático obligados por el sentimiento binacional presente en los 2218 kilómetros de frontera.