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Los 33 mineros ante el mundo

Columna de opinión por Hugo Mery
Viernes 27 de agosto 2010 12:00 hrs.


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Como pocas veces, los ojos de los medios de comunicación del mundo se han posado sobre Chile. El drama de los 33 mineros atrapados en una mina de cobre y oro en el desierto de Atacama se evoca día tras día en pantalla, radio y prensa escrita y cibernética, muchas veces a partir de despachos de corresponsales y enviados especiales que siguen paso a paso la noticia en terreno desde el domingo 22.

Algunas cadenas, como la Radio y Televisión Española, no han dudado en calificarlo como “el mayor rescate de la historia”, por los elementos puestos en juego, en “una operación casi quirúrgica”, aunque el diario ABC, de Madrid prefiere decir que “los mineros chilenos se preparan para el mayor rescate subterráneo de la historia”.

“Milagro” fue la exclamación acaso unánime de los extranjeros que se enteraron y conmovieron con la noticia, pero periodistas y expertos saben que ha habido  otros rescates exitosos en la última década. El 15 de abril último 115 mineros chinos fueron desenterrados desde un yacimiento de carbón en la provincia de Shanxi. Allí sobrevivieron durante tres semanas, después de una inundación, alimentándose de cortezas de árbol, aserrín, papel y carbón.

En el mismo país, misma provincia, ocurrió algo similar hace dos años y para atrás se registran salvamentos desde el fondo de la tierra en Australia, Polonia y, en 2002, en los Estados Unidos.

Lo que captura la imaginación del público internacional no es que el rescate emprendido en Chile no tenga precedentes, sino la escasez de su ocurrencia, la incertidumbre del desenlace y todo el dramatismo inherente a la situación. Es una prueba más no de la fortaleza del pueblo chileno ni necesariamente de la propia del trabajador minero –aunque han causado admiración la disciplina y capacidad de organización que evidenciaron los videos grabados en el fondo de la mina-, sino la resistencia del ser humano ante la adversidad, que el episodio confirma, y eso es universal.

Así lo destacan testimonios -recogidos por La Voz de Houston- del arquitecto uruguayo Eduardo Strauch, uno de 33 jugadores de rugby del avión caído en Los Andes en 1972, y del astronauta estadounidense Jerry Linenger, quien estuvo atrapado hace 13 años en el incendio de la estación espacial rusa Mir. Los expertos mundiales aconsejan a las autoridades chilenas acudir a las experiencias y las técnicas de supervivencia de la NASA y las naves submarinas, algo que medios estadounidenses destacan que efectivamente se está haciendo.

No han faltado tampoco en los enfoques internacionales las alusiones a las precariedades reveladas en el derrumbe de la mina San José. “El rescate de un símbolo” llamó La Vanguardia de Barcelona al salvataje de 33 mineros que han pasado a ser –dijo- el símbolo de las cosas que faltan en Chile en el plano laboral, radicando tales precariedades en la necesidad de trabajo y las condiciones que se ofrecen para ejercerlo.

Ha sido, en fin, una oportunidad más para que el mundo se entere de que lo que brilla detrás de las estadísticas macroeconómicas y disciplinas políticosociales del país no es oro precisamente, sino vetas en superexplotación, con materiales de seguridad de muy baja ley.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.