Anoche la denominada “operación San Lorenzo” entró en su fase decisiva, luego que la perforadora australiana Strata 950 comenzara a romper la roca del yacimiento San José para hacer un ducto de 66 centímetros de diámetro y 688 metros de profundidad por el cual se pretende rescatar a los 33 mineros atrapados desde el 5 de agosto.

Esta maniobra, que demoraría cerca de 4 meses en terminar el pozo, contempla el uso de seis jaulas para transportar a los trabajadores una vez que se logre contactarlos.

Se estima que la evacuación puede durar entre 3 y 5 días, pues sacar a cada uno de los atrapados tardaría un mínimo de 2 horas. En este proceso se contempla la participación de seis rescatistas, que descenderán al fondo del yacimiento para ayudar en el transporte.

Paralelamente, dos sondas más trabajarán en el rescate como parte de un “plan B” en caso de que falle la Strata 950:    una segunda maquina, que se activará si su gemela sufre algún desperfecto y una máquina T-130, que se usará en el ensanchamiento de una sonda que llegó al taller de la mina en los días posteriores a que se hiciera contacto con los mineros.

Mientras el rescate inicia su fase final, hoy los propietarios de la minera San Esteban, empresa que también controla al yacimiento San José, confirmaron su asistencia a la comisión investigadora del Parlamento que busca conocer las causas y responsabilidades que provocaron el derrumbe.