Bicentenario: ¿Qué tenemos que celebrar?

Hace 100 años Luis Emilio Recabarren se preguntaba ¿Qué tengo que celebrar yo como clase oprimida en este Centenario? Hoy, en el Bicentenario de la República, vuelve a surgir la duda, mientras, aparecen voces que afirman que “no tenemos nada que celebrar”. Para reflexionar sobre este tema conversamos con historiadores, religiosos y representantes de la sociedad civil.

Hace 100 años Luis Emilio Recabarren se preguntaba ¿Qué tengo que celebrar yo como clase oprimida en este Centenario? Hoy, en el Bicentenario de la República, vuelve a surgir la duda, mientras, aparecen voces que afirman que “no tenemos nada que celebrar”. Para reflexionar sobre este tema conversamos con historiadores, religiosos y representantes de la sociedad civil.

A las puertas de este Bicentenario aparecen voces que cuestionan los avances en estos 100 años de historia de Chile. Basta mirar con ojo crítico algunos de los sucesos ocurridos este año para desprender algunas lecciones que la historia tiene por ofrecernos.

Al igual que en 1910, Chile llega al Bicentenario con un esquema de profunda desigualdad social. El Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Alejando Goic, destacó cuatro situaciones del año 2010, que nos exigen mirar cómo llegamos a estas fiestas.

“El terremoto nos mostró que en un país sísmico no se construye de manera adecuada, nos mostró la fragilidad de nuestras construcciones. El caso de la mina San José nos muestra la precariedad con la que trabajan tantos chilenos para ganar el pan de cada día. Nuestra declaración para pedir el indulto señalaba el drama del hacinamiento de los internos en las cárceles… y ahora el tema mapuche. Yo creo que la verdadera celebración del Bicentenario sería enfrentar en serio los problemas que aparecieron en este primer semestre”, señaló el Obispo.

En una mirada de largo alcance, el historiador de la Universidad de Chile Sergio Grez, fue crítico ante los festejos patrios: “Durante estos 200 años de construcción republicana en Chile, nunca la soberanía nacional ha sido ejercida verdaderamente por el soberano: por el pueblo de Chile. Todas las Constituciones que ha tenido nuestro país, especialmente aquellas que han tenido mayor vigencia, mayor duración, han sido el fruto de la imposición de la fuerza armada producto de guerras civiles, de golpes de Estado o de fuerza militar, en connivencia con la acción de pequeños círculos de la clase política a espaldas de la ciudadanía. Entonces, ¿Qué se está celebrando?”.

En este sentido, Grez hizo un llamado a la sociedad a preguntarse ¿quién se independizó realmente?

Pero no todos los historiadores son tan críticos. Jorge Pinto, de la Universidad de La Frontera, afirmó que en esta fecha hay razones para al menos, conmemorar. Entre los méritos del siglo XX destacó la generación de movimientos sociales, desde el movimiento obrero a la Revolución Pingüina. Así mismo, valoró la capacidad del pueblo chileno de superar una dictadura, pese a las huellas que esta pueda haber dejado.

Sin embargo, las demandas de la sociedad, han ido perdiendo fuerza paulatinamente. Para Rosario Puga, integrante del directorio de la ONG Acción, esto es parte de las consecuencias que dejó un régimen autoritario, que generó frustraciones en los ciudadanos e incluso indiferencia de la política y los procesos democráticos.

Mientras, por otro lado, algunos grupos sociales han logrado despertar la participación para luchar por las minorías y el respeto a la diversidad. En este sentido destacó la necesidad de que la sociedad civil restablezca sus relaciones con el mundo político.

“El gran desafío hoy día es mirar como un eje de democratizador la relación entre el mundo social organizado y su construcción de demanda de derecho, y el mundo político tradicional, que están en conflicto, que tienen todos los puentes rotos y que tienen que aprender a reconocerse como actores políticos de la democracia con sus especificidades. Yo creo que ese es el gran desafío con el que llegamos a este Bicentenario”, finalizó.

Así, las Fiestas Patrias de este año se convierten en una oportunidad no sólo para descansar, comer asado y pasarlo bien, sino para reflexionar sobre nuestra Historia y su futuro.





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