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Año XVI, 29 de marzo de 2024


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Arrestado el director de la empresa responsable del vertido en Hungría

“Los muros van a caer”, ha asegurado el secretario de Estado de Medio Ambiente húngaro, Zoltan Illes. El estado de la balsa que provocó el desastre ecológico empeora por momentos.Más de 1.700 trabajadores tratan de construir un muro que evite una segunda riada tóxica.

Radio Francia Internacional

  Lunes 11 de octubre 2010 14:42 hrs. 
Radio-Uchile

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El director general de la empresa de aluminio MAL, Zoltán Bakonyi, propietaria de la balsa que originó el vertido tóxico en Hungría, ha sido detenido este lunes. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, lo ha anunciado a primera hora de la tarde ante el Parlamento y ha informado de que su Gobierno planear nacionalizar la empresa de forma temporal y que los responsables de la catástrofe asumirán “las consecuencias financieras” de la reparación del escape, que se calculan en millones de euros.

“La empresa que causó la catástrofe de “barro rojo” deberá ser dirigida por el Estado”, manifestó el primer ministro. “No podemos seguir viviendo con peligros secretos”, agregó.

Mientras, el riesgo a un segundo vertido tóxico aumenta. El secretario de Estado de Medio Ambiente húngaro, Zoltan Illes, lo ha dejado claro tras visitar la balsa que esparció cientos de miles de metros cúbicos de un fango corrosivo el pasado cuatro de octubre: “Los muros van a caer. No sabemos si en una semana o en un mes”.

Hungría se afana estos días en construir un nuevo muro de contención de 25 metros de ancho y 600 de largo que tapone la maltrecha pared de la balsa, de otros 25 metros de alto, que presenta unas grietas tan enormes que nadie duda de su derrumbe, según ha podido comprobar la agencia AFP.

Si esa pared cae y no hay terminado un sistema que contenga un segundo vertido, la balsa de la fábrica de aluminio podría arrojar otros 2,5 millones de lodos tóxicos. Alrededor de 1.700 personas trabajan sin descanso para tener listo el muro antes de que eso suceda.

Un vertido que de producirse tendría menos consecuencias que el primero, según explicó el ministro. La explicación es que ya no queda agua abrasiva, sino un fango rojo con idénticas propiedades tóxicas pero más gelatinoso, con menor capacidad para expandirse.

La tragedia ha dejado hasta el momento un balance de siete muertos, 150 heridos y una persona desaparecida. Para evitar nuevas víctimas, los 800 habitantes del pueblo húngaro de Kolontar, de donde proceden la mayoría de los afectados, fueron evacuados el sábado. Pese a las advertencias, numerosos vecinos rehusaron abandonar el pueblo.

Asimismo, el domingo por la mañana se conocieron los resultados de las muestras de agua extraída del río Danubio por los Servicios de Aguas. Éstas revelaban una ligera disminución del nivel de contaminación: en una escala de 1 a 14, y con el límite de normalidad situado en 8, el índice de PH (tasa alcalina y de acidez) estaba en un 8,19 en el río Marcal y en el 8,2 en el Raav, afluente directo del Danubio, que de momento se mantiene en 7,54 de alcalinidad.

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