El gobierno chileno recibió en sus manos el Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina 2010 elaborado por el Programa de las Naciones Unidas  PNUD.

En la ocasión, el Presidente Sebastián Piñera, indicó que el país se ha propuesto “desde hace mucho tiempo, lograr un mejor equilibrio entre desarrollo e igualdad. Porque aquí no podemos cometer errores, ni acercarnos a ninguno de los dos extremos”.

Precisamente,  el documento entrega propuestas marco de políticas que serían necesarias en la región para superar esta realidad y que deberían empezar a aplicarse para cumplir con las metas trazadas.

El documento también fue presentado en la facultad de Economía de la Universidad de Chile, donde se discutieron los alcances del texto con el objetivo de abrir un verdadero camino de debate e investigación sobre el tema.

Y uno de los puntos que se abordó en esa línea fue la estructura fiscal de los países de América Latina. Luis Felipe López Calva, coordinador del informe, explicó que “independientemente de la orientación política de los gobiernos, se mantiene la misma estructura fiscal. Gobiernos en principio más progresistas como Venezuela o Bolivia han pasado reformas fiscales que siguen exactamente la misma lógica. Nos parece muy interesante el caso de la reforma en Uruguay que fue muy progresiva en el sentido correcto y ciertamente hay que seguir con cuidado el proceso chileno donde se está proponiendo una estructura de mucho mayor progresividad a partir del tema del terremoto”.

El organismo de Naciones Unidas propone una nueva forma de entender y abordar el estado actual de la desigualdad en desarrollo humano en los países de América Latina y el Caribe, aspecto que se transmite de generación en generación.

Para ello se sugiere asumir el denominado “Enfoque A”, que resume tres componentes básicos: alcance, amplitud y apropiación. Según explicó López, en todos estos ámbitos debe darse una definición de las coaliciones que  hacen viables las políticas públicas, las intervenciones deben ser comprensivas y su diseño debe basarse en un análisis detallado de las restricciones operativas que perpetúan los bajos niveles de logro relativo en los hogares más desfavorecidos de la sociedad.

“La apropiación tiene que ver con este componente subjetivo. Los hogares tienen que incorporar los objetivos de la política pública en sus aspiraciones y en su autonomía y no ser simplemente receptores. Y el objetivo final es instalar este mensaje político de una manera bien estructurada, ayudar a articular el debate y promovero investigación que nos permita avanzar en nuestro conocimiento”, precisó el representante del PNUD.

Sin embargo, el economista del ministerio de Hacienda, Sergio Urzúa, aseguró que aún hace falta más discusión y avanzar hacia desarrollos metodológicos que permitan enfocar científicamente el debate.

“Hay que ir un paso más allá para poder utilizar el análisis y atacar el problema de la desigualdad. Es clave definir el concepto y las medidas de la inequidad, cómo medirlo que no es trivial. Eso implica necesariamente pensar en los orígenes de la desigualdad, quizás pensar en transferencias monetarias condicionadas, en el cual se incorporen la información e incentivos a todo nivel”, dijo Urzúa.

Este Informe busca orientar el debate público para proponer medidas que busquen una mayor eficacia en el combate a la pobreza, un crecimiento económico acompañado de mayor inclusión y también otros temas que reflejan la deuda chilena : una mayor eficacia en el funcionamiento del Estado y una mejor calidad de los sistemas de representación política.