Sumamente disconformes están los ciudadanos de esta ciudad fronteriza, quienes esperaban que el Presidente Sebastián Piñera lanzara el llamado “Plan Arica” y no un conjunto de medidas generalizadas.

Sólo contando esta administración, los ariqueños han esperado un guiño de preocupación del gobierno central desde el 26 de noviembre del 2010, cuando el mandatario señaló que anunciaría las medidas que comprometió en su campaña electoral y que luego confirmó, ya en ejercicio. Entre ellas se encontraba una inversión de US$810 millones en el sector público y una inversión privada de US$670 millones.

A esto se suma un conjunto de iniciativas propuestas por la misma comunidad a petición de las autoridades, que no fueron consideradas. Según Raúl Castro, presidente de la Corporación de Desarrollo de Arica y Parinacota (Cordap), “lo primero que le pedimos al Presidente es una medida que favorezca a toda la comunidad de Arica: una zona franca alimentaria, acompañada de una zona franca de servicios turísticos. Pero las normas que se quieren imponer o potenciar acá están destinadas al gran inversionista. Es decir, a la gente que ha estado por años luchando en Arica, no se le considera, y sí se está considerando a grandes inversionistas nacionales, que son los dueños del país. Eso nos causa escozor”, dijo.

Castro señaló que en la región se esperaba que el Gobierno presentara una nueva política de Estado, que incluyera incentivos que le permitieran a Arica y Parinacota poder competir con Tacna, ciudad que le lleva una amplia ventaja, y no que se limitara a dar a conocer la prolongación en el tiempo de tres incentivos que existen en Arica hace muchos años, relacionados con el fomento de la inversión.

Por otro lado, Hermann Mondaca, coordinador del Consejo de la Ciudadanía de Arica, afirmó que en este anuncio no se tocaron los temas de fondo, pese a que incluso fue catalogada por el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, como “la iniciativa más grande que se ha creado en las últimas dos décadas para las zonas extremas”.

“Los anuncios del Presidente han sido completamente insuficientes, no se menciona ningún tema respecto de un asunto clave para las regiones: que en 21 años de transición, no ha llegado la democracia a las regiones. No se menciona la elección de los jefes de gobiernos regionales por la ciudadanía; la elección de los consejeros regionales, por la ciudadanía; y una ley de rentas regionales que posibilite que los impuestos de la minería, que ya están en la zona, queden para la región. La verdad es que las palabras del Presidente causaron mucha decepción”, señaló Mondaca.

Y a pesar de que las autoridades mantuvieron abierta la opción de conversar para perfeccionar los incentivos otorgados, el dirigente afirmó que es muy probable que se vuelvan a olvidar de Arica y que la ciudad continúe en el estancamiento en que está desde el inicio de los ’70, cuando Chile volvió al centralismo.

Por esta razón, mantienen su llamado a una asamblea para el próximo sábado 6 de agosto, donde se coordinará la gran manifestación del día 20. Esta será una señal de alerta para el Gobierno, ya que de no haber cambios, se agudizarán las movilizaciones y se podría llegar incluso a un paro regional.