Aumenta rechazo a las instituciones políticas: “Es una mala noticia para la democracia”

Los resultados de la última encuesta Adimark confirmaron una tendencia que los analistas calificaron como “preocupante” y que se relaciona con el alto descrédito de la clase política frete a las demandas ciudadanas. Los expertos advirtieron que es el momento de aplicar reformas sustanciales para evitar lesiones al sistema democrático.

Los resultados de la última encuesta Adimark confirmaron una tendencia que los analistas calificaron como “preocupante” y que se relaciona con el alto descrédito de la clase política frete a las demandas ciudadanas. Los expertos advirtieron que es el momento de aplicar reformas sustanciales para evitar lesiones al sistema democrático.

Continúan las malas noticias para la clase política, según reveló la última encuesta Adimark. Siguiendo la tendencia de los últimos sondeos, la aprobación al Presidente Sebastián Piñera descendió a niveles históricos, alcanzando un 30 por ciento, mientras que el rechazo llegó al 62 por ciento.

Los altos niveles de reprobación se replicaron en el Gobierno, pero también en otras instituciones políticas como el Congreso, la Concertación en su rol de oposición y los partidos políticos.

Y pese a no significar un gran cambio a nivel estadístico respecto de las mediciones anteriores,  estos datos generan preocupación por el gran descontento ciudadano que se ha expresado tanto en el conflicto estudiantil, como en las diversas protestas de los afectados por el terremoto y otros actores sociales.

En esa línea,  la cientista política, Marcela Ríos, advirtió que estos indicadores constituyen un fuerte llamado de atención para quienes deben representar los intereses ciudadanos. “La encuesta muestra una propensión que es bien preocupante y las elites políticas no pueden sacar cuentas alegres. Lo que se ve es  un rechazo sistemático y muy fuerte de la ciudadanía a las instituciones formales y cuando eso se mantiene en el tiempo y se agrava es una muy mala noticia para la democracia”, sostuvo la experta.

Por su parte, el académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile (INAP), Jaime Baeza, sostuvo que pese a la desacreditación que ha sufrido la clase política, los cambios que requiere la sociedad deben provenir desde ese ámbito, que es el encargado de conducir y canalizar las demandas del resto de la población.

“La política es la llamada a establecer los grandes acuerdos de redistribución de la riqueza. Este es un país al que no le ha ido mal, pero que le ha ido mucho mejor a unos que a otros que se sienten al margen del desarrollo. Pero es la política la que tiene que resolver eso porque no lo va a hacer el mercado, el empresariado o el sector privado. Cuando hablamos de grandes acuerdos en educación o saltos al desarrollo en materia de innovación, éstos tienen que venir desde la política”, afirmó el magister en Estudios Latinoamericanos.

Por lo mismo, Baeza subrayó que este es el momento preciso para materializar las reformas necesarias para mejorar nuestro sistema de representación.

“Tenemos instituciones que hoy dicen no representar a la gente, por la forma en que han sido elegidas, porque hay partidos políticos que no personifican a las mayorías y porque es una sociedad a la que se le dijo que la política era algo sucio y feo. En este momento, o hacemos reformas políticas y devolvemos al centro de la actividad nacional la política, que es algo necesario e indispensable para el país, y  se genere representantes que muestren efectivamente lo que es la ciudadanía o no vamos a ningún lugar”, sentenció.

Opinión que fue compartida por Marcela Ríos quien indicó que en la actualidad ninguna medida parche podría solucionar un escenario complejo que requiere de modificaciones de fondo.

“Aquí no se salva nadie”

Desde el mundo político, las reacciones no se hicieron esperar y se relacionaron, precisamente, con el rechazo ciudadano al trabajo de las autoridades.

En esa línea, el senador de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Hernán Larraín, antes que interpretarlos como un revés exclusivo para el Gobierno, apuntó al descrédito general que padece la labor política.

“Aquí no se salva nadie. Ni el Senado, ni el Congreso, ni el gobierno, ni la coalición. Todos tienen bajos niveles de aprobación y en parte porque la ciudadanía quizás percibe que frente a problemas de este envergadura no tiene respuestas suficientes ni oportunas”, dijo Larraín.

El diputado de Renovación Nacional Cristián Monckeberg, por su parte, consideró que buena parte de la baja aprobación registrada en el estudio de Adimark guarda relación con que no  se ha tenido tiempo para apreciar los cambios realizados por el Gobierno. “Hay que tener paciencia para que las modificaciones aplicadas se cristalicen y se plasmen en una mejor visión de la ciudadanía respecto de la labor del gobierno. Esto no es de un día para otro y entendemos que esta administración escuchó, respondió, hizo los ajustes y ahora seguimos trabajando”, aseguró el parlamentario.

Similar diagnóstico hizo el ministro Secretario General de Gobierno, Andrés Chadwick, quien resaltó la necesidad de alcanzar unidad y consenso entre los distintos actores políticos para responder a las demandas ciudadanas: “Ahí surge el fundamento de esta segunda etapa del Gobierno y de lo que ha sido este cambio de gabinete para efectos de escuchar a la gente, buscar la unidad, sacar adelante los acuerdos e ir respondiendo no con proyectos, sino que con leyes, no con discursos, sino que con obras, no con promesas, sino que con hechos a los desafíos y metas que esta administración se ha planteado”, comentó el portavoz de La Moneda.

En la oposición, en tanto, hubo coincidencia respecto a que la baja aprobación obtenida por el Gobierno y el Presidente están relacionadas con que su gestión ha sido deficiente. El diputado y presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, apuntó a las dificultades que el Ejecutivo ha demostrado para sacar adelante proyectos de envergadura, aludiendo especialmente al conflicto por la reforma a la educación nacional, donde a su juicio ha habido sucesivos fracasos.

Más autocrítico se manifestó el diputado de la Democracia Cristiana Aldo Cornejo, quien sin abandonar los reproches hacia el trabajo del Gobierno, se hizo cargo también de la baja evaluación recibida como parte del conjunto de actores de la oposición. “Esto quiere decir que particularmente el Presidente y la oposición no hicieron las tareas. Para la suma, creo que la encuesta muestra que  ambos sectores no están haciendo bien las cosas”, comentó el legislador.

Parte de las objeciones a los resultados expuestos por Adimark en su estudio tiene que ver con que éste no alcanza a reflejar los profundos cambios realizados por el Ejecutivo en las últimas semanas, siendo entre ellos el cambio de gabinete un hito decisivo de los ajustes políticos del Gobierno para mejorar su desempeño y percepción, que será puesto a prueba en futuras encuestas.





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