Traspaso de alumnos municipales a subvencionados no aumenta con las tomas

Distintos establecimientos en toma han perdido alumnos que se matriculan en colegios particulares, esto para no perder el año escolar. Se estima que un 4 por ciento de la matrícula de enseñanza media experimenta el fenómeno, una cifra similar al período 2006 – 2008 en migración “liceo-colegio”.

Distintos establecimientos en toma han perdido alumnos que se matriculan en colegios particulares, esto para no perder el año escolar. Se estima que un 4 por ciento de la matrícula de enseñanza media experimenta el fenómeno, una cifra similar al período 2006 – 2008 en migración “liceo-colegio”.

El estudio de un matutino de la capital señala que cerca del 4 por ciento de alumnos matriculados en liceos municipales se trasladó hacia colegios subvencionados en la movilización, un comportamiento que se explica en la posibilidad de perder el año por la paralización de clases, aún cuando la cifra no pareciera ser tan significativa.

Esto se traduce en cerca de mil 200 alumnos, en todo el país, lo que implica una importante pérdida en la subvención municipal. En casos como La Granja, el fenómeno podría alcanzar un 10 por ciento, mientras que en ciudades como Talca, de 25 mil alumnos movilizados en sus 13 liceos, 400 alumnos se cambiaron a la educación subvencionada.

Al respecto, Mario Sobarzo, miembro del Observatorio Chileno de Políticas Educativas (Opech), señala que es un hecho razonable, pero cuyos factores van más allá de la movilización, ya que la cifra es sostenida en los últimos tres años y responde a la brecha que hoy divide a establecimientos municipales y subvencionados.

“Es razonable teniendo en cuenta que a los chiquillos les dicen constantemente que serán perjudicados si pierden muchas clases, es razonable que suceda. Esto es una campaña que se orquesta de los medios, y no es extraño y siempre sucede. Si a eso sumamos que los medios tienden a generar procesos de identificación con el concepto de lo particular, es razonable que los estudiantes salgan. Más que fuga, hay que detener la brecha entre subvencionados y municipales, lo que va más allá de si hay o no movilizaciones”, sostuvo.

No obstante, la cifra es menor a lo acontecido en la “Revolución Pingüina” de 2006. Por ejemplo, en ese año el Instituto Nacional sufrió una baja de 100 alumnos, mientras que este año sólo se registran tres casos, aún cuando el establecimiento mantiene la paralización desde el 9 de junio. El Liceo de Aplicación, en tanto, registra cerca de 50 casos.

En esta dirección, Sobarzo destacó la cohesión que existe entre los estudiantes secundarios, quienes mantienen uno de los petitorios más radicales que exige, por ejemplo, desmunicipalización de los establecimientos.

El especialista indicó que están las condiciones para que los movilizados tengan desconfianza de las medidas de Gobierno, y apuntó que “en 2006 todavía existía cierto nivel de confianza en el sistema político, no hay que olvidar que todos los partidos políticos tenían dirigentes entre los estudiantes, entonces no era raro que todavía tuvieran esperanza en ello. Ayer decía Martín Zilic, los jóvenes tienen todo para desconfiar de lo que es el sistema de educación y la labor del Parlamento, porque hay intereses muy grandes metidos en ello”.

Distintos alcaldes han lanzado programas de recuperación de clases o exámenes finales para evitar perder el año. Los estudiantes mantienen espacios de reforzamiento y aprendizaje en las dependencias en toma a cargo de profesores y universitarios. Por otro lado, asociaciones de padres y apoderados han mantenido un férreo apoyo a la movilización de sus hijos, a pesar de la amenaza de pérdida del año académico.

* Fotografía: Kena Lorenzini





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