Preocupación genera el actual contexto mundial de desequilibrio económico. Especialistas plantean que si bien son diversos los indicadores que dan señales de desaceleración, éstos no dan cuenta del inicio de un proceso de recesión, sino que simplemente es parte de la curva generada en la crisis del segundo semestre del 2008 hasta el segundo trimestre del 2009, y que aún tiene su impacto en la economía mundial y nacional.

El crecimiento de sólo un 4 por ciento para julio en el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) baja respecto al 6,1 por ciento registrado en junio. Esto fue influenciado por la disminución en la producción industrial y la fuerte caída de un 14,8 por ciento de la minería.

Este escenario podría ratificar que la economía mundial está en una “zona peligrosa” como planteó Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial y que el “riesgo a recesión mundial es inminente, pero aún es tiempo de romper el círculo vicioso”, como señaló Cristhine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pese a que la tendencia es a la moderación del crecimiento positivo, aún se registra una expansión anualizada de 4,5 por ciento, acumulando un crecimiento de 7,7 por ciento en el año. Y aunque los indicadores en ningún caso son alarmantes, se puede generar un escenario más complicado, como planteó el cientista político y analista internacional Guillermo Holzmann, en el programa El Semáforo de nuestra emisora.

“Lo vinculan con el contexto en el que se dan en una suerte de nubarrones de crisis económica o recesión que algunos están advirtiendo. Hoy se está discutiendo si esto es una recesión o un desequilibrio económico. Pero en términos concretos no pasa desapercibido que la situación de Chile a futuro no va a ser fácil en virtud de la coyuntura mundial que se está dando a nivel macroeconómico”, dijo Holzmann.

El analista señala que hay una advertencia de recesión en la eurozona, pero más que por razones financieras, por la necesidad de que los políticos tomen las decisiones correspondientes para realizar el salvataje de países como Grecia y Portugal.

“Lo que se ha ido imponiendo es que se requieren decisiones políticas. Hay que generar un cambio rotundo en cómo se administra el Estado y la relación que hay entre éste y la sociedad, de tal forma que los beneficios que se aplican hoy tengan un contexto de co  -responsabilidad. Hoy es inaceptable plantear que el Estado tenga que pagar todo, como también lo es que no haya una adecuada distribución de los impuestos”, precisó el especialista.

Holzmann explica que se deben establecer límites para el endeudamiento fiscal e incorporar platas adicionales, una decisión que deben tomar especialmente Francia y Alemania, ante esta situación inestable e incierta que por supuesto tendrá implicancias políticas.

Esto lo reafirma Manuel Agosin, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, quien señala que “los problemas que enfrenta Estados Unidos y Europa no son problemas económicos, son políticos”. Mientras más tiempo se demoren más países se verán involucrados, como ya sucede con Italia y España, donde ya se discute una reforma tributaria sobre ingresos fiscales.

Ante este escenario, Manuel Agosin señala al igual que otros economistas, que para financiar las demandas sociales no se debe tocar el Fondo de Estabilización Económica y Social, sino que debe tener una fuente de ingreso permanente, ya que no se obtiene con crecimiento anual o reasignando partidas presupuestarias.

“Chile tiene que fortalecer sus mecanismos de blindaje frente a las crisis y no tocar esas platas. Es muy tentador acudir a eso, pero no hay que hacerlo. Hay que buscar recursos y financiamiento permanente para gastos de ese tipo. Los gastos en educación van a ser permanentes y después viene salud, por eso, la reforma tributaria es absolutamente indispensable”, afirmó el economista.

Agosin señala que “es bastante predecible el punto de vista de los empresarios, no van a querer pagar más impuestos”, pero es inevitable una reforma tributaria que no sólo aumente los impuestos para las empresas, sino que también ataque las grietas del sistema, que considera muy ineficiente y con muchas formas de elusión tributaria.

“Eso va a haber que corregirlo y aumentar ciertas tasas. No se le puede dar a la gente educación de país desarrollado con un sistema tributario de país subdesarrollado porque alguien tiene que pagarlo”, dijo.

La discusión se vuelve fundamental, ya que se dará comienzo a la debate sobre el Presupuesto 2012, que enfrentará un diseño económico conservador ante el escenario mundial y las demandas de la población de educación y salud de calidad.