Primero un coche bomba y luego un kamikaze. La explosión del primero abrió una brecha en el muro de la residencia del general de brigada Farrukh Shahzad, subcomandante de la guardia fronteriza (Frontier Corps, FC), una unidad paramilitar dependiente del ejército. Luego un kamikaze que iba a pie lanzó dos granadas antes de hacer estallar la bomba que llevaba consigo en el recinto mismo de la residencia del subcomandante, causando graves destrozos en la casa.
“Al menos 19 personas murieron”, entre ellas la esposa del general Shahzad, dos niños y siete miembros de las FC, afirmó Hamid Shakil, un oficial de la policía de Quetta, capital de la provincia de Baluchistán. Otras 44 personas, incluido el general Shahzad, resultaron heridas, añadió.
Hace unos diez días, la guardia fronteriza de Baluchistán participó en la detención de Yunis al Mauritani, el principal jefe de las “operaciones exteriores de Al Qaida”, llevada a cabo por los servicios de inteligencia del ejército paquistaní, el ISI. El ejército hizo pública esta detención el lunes e insistió en que se llevó a cabo con “la asistencia técnica de los servicios de inteligencia estadounidenses”.
Por el momento nadie ha reivindicado el doble atentado de Quetta pero es muy probable que esté relacionado con el arresto de Al Mauritani. Este último es “un jefe importante y miembro del Estado Mayor de Al Qaida, vinculado con las amenazas reveladas recientemente contra Europa”, según un responsable de los servicios secretos occidentales. La detención de Al Mauritani constituye una clara mejora en las relaciones entre Islamabad y Washington, muy deterioradas desde la operación contra Bin Laden.
Otros atentados
Una bomba estalló en la mañana del miércoles frente a la Alta Corte de la capital india, dejando una decena de muertos y más de 60 heridos.
El artefacto explosivo estalló a las 10.15 locales del miércoles en momentos en que un centenar de personas hacía cola en un mostrador de una de las principales puertas de entrada de la Alta Corte de Nueva Delhi.
“Nueve personas murieron y 62 resultaron heridas”, informó el portavoz policial Rajan Bhagat.
La bomba “había sido aparentemente colocada en una maleta cerca de la recepción en una de la principales puertas del tribunal”, declaró por su parte el comisario Dharmendra Kumar.
El ministro de Interior indio, P. Chidambaram, calificó el ataque de “terrorista” y exhortó al país a permanecer “unido” frente a los intentos de desestabilización.
El atentado, el segundo contra este tribunal, fue reivindicado horas después por un grupo islamista, según fuente de la investigación.
El pasado 13 de julio, India sufrió un triple atentado que causó 26 muertos y 100 heridos en Bombay, el ataque más sangriento cometido en la megalópolis económica del país desde el ataque de militantes islamistas en 2008, que había dejado 166 muertos.
Algunos de estos atentados son atribuidos a dos grupos islamistas: los “muyaidines indios” y el Laskhar e Taiba (LeT), instalado en Pakistán.