En la puerta del horno se encontraría el proyecto de ley que consagra la inscripción automática en Chile.  Las comisiones unidas de Gobierno y Constitución del Senado se dieron plazo hasta el jueves 13 de octubre para despachar la Ley Corta enviada por el Ejecutivo, que modifica el cronograma de implementación del texto y que daría al Servicio Electoral (Servel) las atribuciones para acceder a las bases de datos para que esta reforma esté operativa en las próximas elecciones municipales de 2012.

Según los plazos que se manejan, el texto debería pasar a ser discutido en Sala lo antes posible para que la iniciativa esté lista, a más tardar, en noviembre.

Y pese a que en un principio se adujeron dificultades logísticas de los organismos competentes para implementar este cambio – que agregaría 5 millones de nuevos electores al padrón que rige en la actualidad – el director del Servel, Juan Ignacio García, afirmó que el servicio tiene la capacidad técnica para hacer frente a esta demanda y que todo depende de la rapidez con que se realice la discusión parlamentaria.

“Los elementos que estamos conversando determinan que si se cumplen los plazos vamos a poder estar a tiempo para que esta inscripción automática opere en la elección municipal. Esto sería posible si existe el despacho rápido de la ley corta y que el proyecto general esté listo antes de fin de año. Esperamos que esto se pueda cumplir a tiempo. Al parecer hay una voluntad de hacer esto expedito y todo apunta a que, si es así, podría resultar”, comentó García.

Por su parte, el coordinador de proyectos y áreas de investigación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Claudio Reyes, afirmó que el retraso que ha tenido este proyecto estaría asociado al lobby político realizado por algunos sectores frente a la incertidumbre que generaría un nuevo escenario electoral.

Por lo mismo, Reyes indicó que es imperativo que esta ley esté funcionando en las municipales de 2012, ya que marcaría un precedente respecto de la correlación de las fuerzas políticas con un padrón diferente, lo que podría dibujar el camino para las próximas elecciones presidenciales.

“La gran inquietud es qué va a pasar con estos 5 millones de nuevos electores que ingresarían. ¿Va a aumentar la abstención? ¿Qué está pasando con los jóvenes que se expresan en las calles? ¿Se manifestarán de la misma forma en las urnas? Esas son interrogantes que es necesario responder para ir clarificando cómo se va a dar el panorama político. Es preferible que esto ocurra antes de las presidenciales para que no lleguemos a ellas con un grado de incertidumbre tal que pueda ocurrir cualquier cosa. Una elección municipal sería un buen testeo para ver cómo queda el escenario ante una inscripción automática y un voto voluntario”, afirmó.

El experto precisó que un año de plazo es un periodo más que suficiente para poner en marcha esta ley y añadió que la experiencia internacional en esta materia evidencia que las falencias técnicas no pueden ser una excusa para no implementar la inscripción automática, ya que en países como Bolivia se hizo una renovación completa del padrón en 150 días.