Científicos chilenos crearán método analítico pionero para detectar toxinas de Marea Roja

El estudio, de 30 meses de duración, desarrollará un programa de evaluación de riesgo, que proporcione un alto nivel de garantías sobre la seguridad de los recursos marinos y fortalezca los sistemas de control de inocuidad.

El estudio, de 30 meses de duración, desarrollará un programa de evaluación de riesgo, que proporcione un alto nivel de garantías sobre la seguridad de los recursos marinos y fortalezca los sistemas de control de inocuidad.

El profesor Américo López, académico del Programa de Fisiología y Biofísica del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile y subdirector del Laboratorio de Toxinas Marinas, es el investigador principal del proyecto, junto al doctor Benjamín Suárez –director del ICBM- y al doctor Ambrose Furey, del Instituto Tecnológico de Cork, en Irlanda.

El objetivo de esta iniciativa “es desarrollar, implementar y validar una nueva metodología analítica para la detección de las toxinas lipofílicas del grupo del ácido okadaico, es decir, las toxinas vinculadas a los venenos diarreicos de la Marea Roja”, explica el doctor López. Esto porque, según añade, en la comunidad europea a partir del 2012 se prohibirá el uso de bioensayos para estos propósitos, normativa que se aplicará en nuestro país desde el 2014, reemplazándolos por metodologías analíticas validadas para su uso en la regulación sanitaria.

“Los bioensayos presentan la dificultad de ser muy poco específicos, porque en los extractos de toxinas que obtenemos de los mariscos hay muchos otros componentes que podrían afectar el resultado de estas pruebas. Los resultados falsos positivos en la detección de estas sustancias pueden detener la industria de cultivo de mariscos, con altísimos costos en cuanto a pérdida de productividad, puestos de trabajo y otros, por lo que es indispensable contar con diagnósticos certeros”, añade el doctor López.

De esta forma, los investigadores apuntan a generar una metodología analítica basada en la cromatografía líquida de alto rendimiento con detección fluorométrica –o HPLC, por su sigla en inglés-, equipamiento con el que ya cuenta el Laboratorio de Toxinas Marinas de la Facultad de Medicina y que detecta y cuantifica las sustancias que analiza, con el fin tanto de sustituir los bioensayos como de detectar niveles de toxinas lipofílicas en niveles inferiores al actual límite reglamentario de la Unión Europea.

“Este proyecto representará un desarrollo científico y tecnológico pionero en el mundo, tal como lo es la metodología para la detección de la toxina amnésica de la Marea Roja, también generado en la Universidad de Chile”, añade el doctor Suárez.

Nuevas toxinas

El doctor López explica que en nuestro país la presencia de Mareas Rojas se manifiesta a través de las toxinas paralizante, diarreica y amnésica, en ese orden de prevalencia. “Las toxinas diarreicas –que son un conjunto de diversos grupos de compuestos tóxicos con propiedades lipofílicas-, tienden a acumularse y permanecer en el organismo por largo tiempo con muy lenta degradación y excreción. Por ello, aún si se consumen en muy pequeñas cantidades a través de los mariscos, pueden acumularse y gatillar otras enfermedades de mayor gravedad, como el cáncer”.

Además, agrega el experto, en Chile se produce un problema adicional, porque los niveles regulatorios internacionales en vigencia están referidos a raciones pequeñas de mariscos, de 100 gramos, y no considera diferencias culturales locales, cuando una persona puede consumir 200 o 300 gramos de mariscos o mucho más”.

Es por este motivo que el estudio, de 30 meses de duración, desarrollará un programa de evaluación de riesgo, como un proceso preventivo, que proporcione un alto nivel de garantías sobre la seguridad de los recursos marinos y fortalezca los sistemas de control de inocuidad. “En él se identificarán, evaluarán y preverán los riesgos de contaminación de los productos del mar a nivel químico y biológico a lo largo del proceso de cultivos de moluscos, y se propondrán medidas preventivas y correctivas para su control. Por todas estas razones el proyecto obtuvo el importante patrocinio de la Asociación Nacional de Mitilicultores de Chile, AmiChile”, informa el doctor Suárez.

Por último, los académicos destacan que dentro de las acciones con mayor proyección para la formación de recursos humanos en el área, se contempla la participación del doctor Ambrose Furey, del Protebio Mass Spectrometry Centre for Proteomics and Biotoxin Research, del Instituto Tecnológico de Cork, Irlanda, lo que permitirá la capacitación de dos investigadores de las entidades involucradas en metodología HPLC para la detección de toxinas diarreicas. “Esto permitirá responder a futuros requerimientos analíticos sobre la presencia de estas nuevas toxinas en las aguas del litoral chileno”, sentencian.





Presione Escape para Salir o haga clic en la X